Para cinco Rayitos, el año 2015 tocaba Camino de Santiago. Para casi todos los que iban era una ruta importante. Muchos llevaban 5 años haciendo el camino por tramos desde Roncesvalles y éste era el último. Por fin llegarían a Santiago. Los Rayitos que fueron eran Fede, Gilbert, Kiko, Toni Escrig y Toni Liñán.
La ruta son 154 kilómetros divididos en 6 etapas. Mira aquí e perfil de la ruta.

El lunes 25 de mayo de 2015 los peregrinos quedaron pronto por la mañana para ir a Valencia a tomar el avión a Santiago. A las 4:15 Fede empezó la recogida. Se llegó a Valencia y los Rayitos se pusieron a la cola de la facturación. Después de media hora en la cola les dijeron que no tenían que facturar, que fueran directamente a la puerta de embarque. Realmente había tiempo de sobra y daba igual esperar en la cola que en la puerta. Llegaron sin problemas.

Se llegó a O Cebreiro a las 10:00.
Sin pensarlo, los Rayitos corrieron a almorzar. Un trozo de empanada y casi todos cerveza. Desde las 4 de mañana estaban por el mundo y el estómago pedía alimento.
25-05-2015. Primera etapa (O Cebreiro - Triacastela) 21,10 Km.
Se comenzó a caminar con ganas. Hacía meses que esperaban este momento.
O Cebreiro – Liñares – Hospital
de la Condesa – Padornelo.
Los Rayitos llegaron al Alto do Poio. No habían parado ni para beber agua. Éste es el sitio más alto del Camino con 1.335m.
Alto do Poio - Fonfría – O Biduelo. Aquí sí que pararon a tomar una cerveza. - Fillobal – Ramil – Triacastela.
Los Rayitos llegaron al Alto do Poio. No habían parado ni para beber agua. Éste es el sitio más alto del Camino con 1.335m.
Alto do Poio - Fonfría – O Biduelo. Aquí sí que pararon a tomar una cerveza. - Fillobal – Ramil – Triacastela.


26-05-2015. Segunda etapa. (Triacastela – Morgade) 30,10 km.

Al poco de salir de la aldea Kiko
encuentra su bastón. Un poco más adelante Gilbert encuentra el
suyo.
A Balsa – Montán – Fontearcuda –
Furela – Pintín.
En Pintín paradita para almorzar.
Bocadillos gigantes que según el del bar se dejan comer bien, junto
con cervezas. Tras una hora de almuerzo se sigue la ruta. Los
peregrinos no dejaban de pasar a nuestro lado con su famoso “buen
camino”.
Pintín - Calvor - Aguiada – San Mamede do Camiño – Sarria.

Sarria – As Paredes – Vilei –
Barbadelo – Mercado da Serra – Leiman – Morgade.
Morgade. Final de etapa. Morgade es una
mini aldea con cuatro casas, de las cuales una muy cuidadita hace de
hostal. Allí comimos. Muchos caminantes pararon en Morgade. Entre
ellos había una pareja de Castelló y un grupo de italianos que desde entonces ya
fuimos viendo todos los días hasta el final del camino.

El chico que llevaba el hostal era muy
enrollado. Era de Alicante y hablaba varios idiomas. La cena fue
ligera para unos y un poco menos para otros (chuletón y gin-tonic).
Después a dormir.
27-05-2015. Tercera etapa. (Morgade – Palas de Rei) 35,60 km.
Los Rayitos quedaron a desayunar a las 7:00. Se esperaba una
ruta dura (35 km). Salieron de Morgade mientras el hostal dormía. Les habían dejado una puerta abierta. Salieron con el estómago vacío, ya que había que
andar un par de kilómetros hasta Ferreiros para encontrar un sitio
abierto para desayunar. El desayuno fue rápido.
Ferreiros – Mirallos - A Pena –
Mercadoiro – Moutrás – Vilachá – Portomarín.
En Portomarín el camino cruza un
espectacular rio Miño, en medio del embalse del Belesar, que sepultó al primitivo Portomariín en 1963. Cruzaron el gran puente y subieron las escaleras del pueblo (que después vieron que no hacía falta
subir). Después de bajar por otro camino los rayitos se metieron por un puente de hierro en
bastantes malas condiciones que estaba prohibido cruzar (tenía unas cadenas que impedían el paso) y que daba un
poco de “yuyu” con las planchas de hierro oxidado moviéndose a
sus pies.
Una vez cruzado el puente de hierro llegó una subida importante. Durante un par de kilómetros el camino iba cogiendo altura. Después, una vez en lo alto, había que seguir una pista aburrida y calurosa al lado de la carretera.
Era la hora de almorzar y no encontraban un sitio. Después de 8 kilómetros andando sin cruzarse con un lugar civilizado para comer algo, por fín llegó Gonzar, con un flamante bar donde los peregrinos tomaron un trocito de bocata y una cerveza. Estaba lleno. Si alguna vez alguien quiere poner un negocio que no falle, que ponga un bar un kilómetro antes de Gonzar por el camino. Seguro que lo acierta.
Gonzar - Castromaior - Hospital de la Cruz - Ventas de Narón - Ligonde - Airexe - Portos - Lestedo - y por fin Palas de Rei, final de a etapa. Una ruta muy larga.
Realmente al llegar a Palas de Rei tras un montón de kilómetros andados, nuestros caminantes no estaban cansados, simplemente estaban hasta los cojones de andar, que es distinto. Según el GPS fueron 34 kilómetros y 840 metros, 8 horas y 17 minutos, 46.700 pasos, tres cervezas, una clara y los pies doloridos. Este fue el coste de un día de ruta.
Llegaron al albergue San Marcos de Palas de Rei a las 15:30. Toni Liñán, el correcaminos del grupo, había hecho una escapada a mitad de camino y llegó una hora antes. Había preguntado por un sitio para comer y ayudó a agilizar la comida. Se dejaron las mochilas, una cerveza y corriendo fueron todos a comer.
En la comida se encontraron con un grupo de uruguayos que también hacía el camino. Entre ellos estaba el cardenal Sturla, un tipo importante de la iglesia. Buen rollito y foto conmemorativa. A estos chicos se los fueron encontrando ya durante todo el resto del Camino.

Después de comer hubo una siesta importante, lavadora y secadora en el albergue. A las 20:00 los Tonis fueron a ver al cardenal a misa. Luego cena suave (con pulpo) y a dormir. En el albergue se consiguió ver el primer grupo de coreanos-japonenses, un antojo que llevaba alguno de los Rayitos desde el comienzo del viaje. La edad media de los turistas rondaba los 60-70 años.
En la comida se encontraron con un grupo de uruguayos que también hacía el camino. Entre ellos estaba el cardenal Sturla, un tipo importante de la iglesia. Buen rollito y foto conmemorativa. A estos chicos se los fueron encontrando ya durante todo el resto del Camino.

Después de comer hubo una siesta importante, lavadora y secadora en el albergue. A las 20:00 los Tonis fueron a ver al cardenal a misa. Luego cena suave (con pulpo) y a dormir. En el albergue se consiguió ver el primer grupo de coreanos-japonenses, un antojo que llevaba alguno de los Rayitos desde el comienzo del viaje. La edad media de los turistas rondaba los 60-70 años.
28-05-2015. Cuarta etapa. (Palas de Rei - Arzúa) 28,80 km.
A las 7 salida. Se preveía un camino cómodo. Fede se olvidó de poner el GPS 3 kilómetros pero cuando se dió cuenta lo puso rápidamente. Al poco de comenzar a caminar nuestros peregrinos se volvieron a encontrar con el grupo de uruguayos. Se dijeron la palabras mágicas del Camino: "buen camino" y a seguir. Poco a poco el Camino ya se iba llenando de gente conocida. El grupo de caminantes que iban más o menos juntos comenzaba a componerse de personas a las que no era la primera vez que se veía. O habían dormido en el mismo pueblo o se les había visto el día anterior.
San Xulián do Camiño - Pontecampaña - Casanova - O Coto - Leboreiro - San Xoán de Furelos - Melide.
Antes de llegar a Melide se pasa por un bonito puente y una pequea ermita que se puede visitar (y cuñar el librito del Camino).
Una vez en Melide es típico comer pulpo. Nuestos Rayitos fueron a una pulpería (por recomendación de una persona de Palas de Rei) distinta de la típica. La típica es la "Ezequiel" y a la que fueron es la anterior. Un camarero cubano era el encargado de camelar a los turistas y, como no, engatusó a los nuestros. Un gran plato de pulpo y carajillo especial. 52€ de turismo gastronómico. Caro pero de excelente calidad. Luego siguieron ruta.

El amigo cardenal y su grupo estaban también en el albergue. Nuestros peregrinos dieron un paseo, cervezas y a dormir. A la llegada al albergue los uruguayos acababa de dar una pequeña fiesta con gaitas y cantos incluidos. No hay nada como ser príncipe de la Iglesia para que te cuiden en las parroquias.
29-05-2015. Quinta etapa. (Arzúa - Pedrouzo) 19,10 km.
Como de costumbre, a las 7 a desayunar. Esa mañana hacía un fresquito perfecto para caminar así que la marcha comenzó rápida. La ruta era corta con respecto a las anteriores y no se esperaba mucho cansancio.
Arzúa - Preguntoño - Taberna Vella - Calzada - Calle - Salceda.
En Salceda parada a almorzar en un bar de una hippies andaluzas a las que cayeron bien nuestros Rayitos. El techo estaba lleno de camisetas dadas por peregrinos y todas las paredes pintadas con graffitis de rotulador. Muy buen rollo. Bocata de tortilla de jamón y pan con tomate. Espléndido.

Salceda - O Empalme - Santa Irene - A Rúa - Pedrouzo.
Al final llegaron superpronto, a las 12:30. La habitación de la pensión era super grande, más aun comparada con la del albergue del día anterior. Las chicas que llevaban la pesión era supermajas. Se extravió la mochila de Kiko y, hasta que no la encotraron no pararon. Muy bien. La comida fue en el restaurante de delante. Fabada y demás platos calóricos, a un precio de 10€ el menu. Una vez más se compartió restarurante con el cardenal y sus compatriotas. Gilbert fue con un amigo de la empresa a comer y volvió a media tarde.

30-05-2015. Sexta etapa. (Pedrouzo - Santiago de Compostela) 20,00 km.
A la 7 a desayunar y a las 7:30 comenzó la marcha.
Pedrouzo - San Antón - Amenal - Cimadevila.
Llegaron a la valla del aeropuerto de Lavacolla, toda llena de pequeñas cruces de madera. Parece que es típico que los peregrinos pongan cruces de palos de madera entrelazadas en la valla del aeropuerto. Aquí las cosas que hace un caminante se pueden transformar en tradición y hacerse grandes, grandes.
San Paio - A Esquipa - Lavacolla - San Marcos - Monte do Gozo.


El resto del día y el día siguiente se dedicaron a relajarse, conocer el entorno, comer beber y salir de fiesta un ratito.
LAS CLAVES DEL CAMINO
Para entender el camino de Santiago hay que conocer las claves que lo envuelven. Estas claves varían según sean los caminantes que hacen la peregrinación. Porque no hay un solo Camino, hay un Camino por cada persona o grupo que lo hace.
Aquí mostramos las claves del Camino de Santiago que hicieron los Rayitos.
La señales
Quien haya hecho el camino o parte de él conocerá sin duda la famosa flecha amarilla que hay qie seguir para no perderse. Se trata de una flecha hecha con pintura amarilla y que puede aparecer sobre cualquier superficie. Un árbol, una pared, la carretera, un papel, un poste, una señal de tráfico, etc... La verdad que queda bastante chapucero pero es bueno para tener "encarrilados" a los peregrinos y que no se pierdan.
También existen los mojones kilométricos (cada uno o cada medio kilómetro ya cerca del final) que van indicando cuánto falta para llegar al final del camino. En medio del camino, andando a solas, es un entretenimiento ir viendo el punto kilométrico para saber cuando termina la etapa, la hora que es y el cansancio que se lleva encima.
Un tema curioso relacionado con los mojones o cualquier otro tipo de señal del camino son las piedrecitas que se van acumulando encima o a su alrededor. Los peregrinos quieren hacer suyo el camino colaborando en esas montañitas de piedrecitas que van indicando la dirección. Todo el Camino está plagado de montoncitos de piedrecitas. Se podría decir que una piedrecita va llaando a otra hasta que se consigue un volumen lo suficientemente grande como para llamarse montón. Entoces el montón va creciendo y aparece otro un poquito más allá. La gente va dejando también otros detalles. Flores, papelitos, fotos, piedrecitas de colores, etc. ya sea por alguna promesa, por espiritualidad, o por puro frikismo.
Los bastones

El más intersado en ser recogido del suelo, limpiado, "tuneado", protegido y ciudado es el palo y por eso espabila para parecer atractivo al lado del camino.
Esto más o menos les pasó a los Rayitos. Gilbert y Kiko recogieron sendos palos e hicieron dos bastones para que les acompañaran en el camino. El problema es que los flamantes nuevos bastones no sabían que los Rayitos son bastante inconstantes. Gilbert perdió el suyo a la primera de cambio y Kiko al cabo de un par de días. Después Kiko se agenció otro que sí que duró hasta Santiago, pero allí se quedó por no poder subir al avión.
En definitiva, tres palos fueron bastones por unos días para luego volver a ser palos. Ojalá otros peregrinos hayan vuelto a dejarse seducir por los encantos de estos palos para poder seguir su vida de bastones.
El cardenal

El grupo eran unas 20 personas que se conocieron de pequeños en el colegio y que, ahora que eran ya mayores, hacían viajes y comidas y cosas así para reunirse y verse. Ya hacía años que habían planificado hacer el Camino de Santiago y, cuando se enteraron que Daniel era ordenado obispo pensaron "éste ya no vendrá a Santiago". Y encima, cuando se enteraron que fue nombrado cardenal pensaron de nuevo "ahora ya seguro que no viene". Aún así nuestro cardenal cumplió su compromiso y fue a hacer el Camino, cosa que revolucionó a todas las parroquias del trayecto, incluso la de Santiago de Compostela que celebró una misa del peregrino multitudinaria con pleno de jefazos de la Iglesia el domingo de su llegada.
La comida
Como en toda Galicia, la comida del Camino es una gozada. Existe siempre un menu del peregrino muy completo y recomendable que vale de 8€ a 10€. Callos, fabada, caldo gallego, garbanzos, churrasco, etc. En el caso de las cervezas, éstas son algo más caras de lo normal. Quizá se aprovechan un poco de la sed pero en cambio son muy benevolentes con el hambre del peregrino.
Nuestros Rayitos comieron de menu y picaban algo para cenar. Así salvo el último de día en Santiago en que se metieron una buena mariscada.
Nuestros Rayitos comieron de menu y picaban algo para cenar. Así salvo el último de día en Santiago en que se metieron una buena mariscada.
El negocio
El camino es un río de gente que va pasando de pueblo en pueblo sin mirar atrás. El peregrino va dejando dinero allí por donde pasa. Tiendas, souvenirs, camas, restaurantes, supermercados, bares, etc. salpican el camino buscando satisfacer las necesidades de los turistas caminantes.
Un negocio curioso es el de los "mochileros", empresas superorganizadas que se dedican a transportar las mochilas de los peregrinos de pueblo en pueblo mientras que éstos caminan más descansados. Es posible que parezca que esto es hacer trampas pero la verdad es que los "mochileros" han abierto la puerta de acceso al Camino a mucha gente que sin ellos sería incapaz de haberlo hecho,
Dormir

La experiencia Rayito fue variada. Desde un albergue a 10€ la noche hasta una pensión-apartamento a 25€. Las personas que regentaban los establecimientos eran muy majas, acostumbradas a tratar con clientes caminantes. En Morgade, por ejemplo, el del hostal era un chico de Alicante que se había ido a vivir a una aldea perdida de Galicia. En Triacastela era una chica de Barcelona que buscaba paz, y el resto eran autóctonos. Tanto unos como otros trataron y consiguieron siempre hacer pasar una buena estancia a nuestros Rayitos.
El espíritu

En el caso Rayito el espíritu del viaje se podría definir como que era turístico, a la vez que deportivo, aunque las largas horas de camino a solas daban su toque de espiritualidad al asunto.
Al final todo se mezcla, da igual el motivo por el que se comienza el Camino. Poco a poco se van mezclando las sensaciones hasta que al final se han unido motivos que al principio ni siquiera se tenían en la cabeza.
Las etapas

Los japonenes-coreanos
Los Rayitos (algún Rayito) tenía curiosidad por ver la extranjería que rondaba por el Camino. Sobretodo las razas más exóticas para ellos, como podían ser los japonenes o los coreanos. Al principio de este tramo de Camino, o sea, entre O Cebreiro y Sarria, no se encotraron muchos asiáticos, aunque sí italianos, americanos o australianos. Es en Sarria donde el número de asiáticos se multiplicó por mucho. Sarria marca el límite desde el cual ya te pueden dar "la compostelana", que es el certificado de que se ha hecho el Camino. Y como los coreanos o japoneses viven muy lejos y tienen pocas vacaciones, se supone que ajustan sus días de Camino para conseguir su premio en el menor tiempo posible (pensamos).
En la época en que nuestros peregrinos hicieron el Camino, había pocos españoles haciéndolo. Casi todos eran parejas de europeos o americanos mayores. También bastantes grupos o parejas de chicas. Como siempre, mucha gente sola. Y la mayoría de todos ellos de una edad importante. Se imagina que cuando el verano estuviera un poco más introducido, la edad media bajaría y la concentración de españoles subiría de manera importante.
En la época en que nuestros peregrinos hicieron el Camino, había pocos españoles haciéndolo. Casi todos eran parejas de europeos o americanos mayores. También bastantes grupos o parejas de chicas. Como siempre, mucha gente sola. Y la mayoría de todos ellos de una edad importante. Se imagina que cuando el verano estuviera un poco más introducido, la edad media bajaría y la concentración de españoles subiría de manera importante.
Los bosques
Para unos visitantes de la zona mediterránea como los Rayitos la visión de los bosques gallegos impacta bastante. Grandes robles o castaños milenarios pueblan los caminos con una naturalidad que hace pensar que allí la flora europea está a a salvo de la degradación humana.
Hay tramos del Camino que la ruta se adentra por pequeños o grandes bosques de robles todos tapizados de helechos donde da gusto caminar. Parece como si en cualquier momento una familia de gnomos te cruzaría por delante corriendo a esconderse. Mucha humedad y muchos riachuelos.
A medida que uno se adentra más hacía la civilización los bosques cambian, aún sin perder su encanto. Plantaciones de pinos y de eucaplitos van formando parte también de la vegetación. Seguramente a nivel ecológico esto puede resultar dañino pero el ambiente sigue siendo bonito. Seguramente deberíamos usar menos papel y menos madera pero los valores espirituales y románticos de una ecología bucólica enseguida se estrellan en la pared de la sociedad de consumo (ha quedado como una reflexión cursi pero la cosa va así).
Una prueba clara de esta transfromación en parque temático es el libro del caminante. Un folleto donde cualquier establecimiento por el se que pasa te va sellando para así demostrar que has pasado por donde tienes que pasar.
Este sistema de cuñar se ha copiado (quiero pensar que el primero fue el Camino) en los más prestigiosos parques temáticos del mundo, desde la Warner a la Disney, para así tener un recuerdo impreso de tus experiencias en las instalaciones de parque.
Al final del Camino, en Santiago, te revisan los cuños de librito y, si has hecho bien los deberes, te dan tu falmante "compostelana" para que enmarques y la enseñes a tus nietos.
Pincha aquí para ver la ruta
Hay tramos del Camino que la ruta se adentra por pequeños o grandes bosques de robles todos tapizados de helechos donde da gusto caminar. Parece como si en cualquier momento una familia de gnomos te cruzaría por delante corriendo a esconderse. Mucha humedad y muchos riachuelos.

El librito de cuñar
No se si se ha comentado antes, pero el Camino se está convirtiendo un poco en un parque temático donde el caminante sólo se tiene que preocupar de andar y pagar, que la gran maquinaria asociada al paqrue ya te provee de lo necesario para cubrir todas tus necesidades.
Una prueba clara de esta transfromación en parque temático es el libro del caminante. Un folleto donde cualquier establecimiento por el se que pasa te va sellando para así demostrar que has pasado por donde tienes que pasar.
Este sistema de cuñar se ha copiado (quiero pensar que el primero fue el Camino) en los más prestigiosos parques temáticos del mundo, desde la Warner a la Disney, para así tener un recuerdo impreso de tus experiencias en las instalaciones de parque.
Al final del Camino, en Santiago, te revisan los cuños de librito y, si has hecho bien los deberes, te dan tu falmante "compostelana" para que enmarques y la enseñes a tus nietos.
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