En esta excursión participaron Alberto, Carlos, Cris, Gilbert, Kiko, Pepe, Ricardo y el Tigre de Toga (Jose Manuel), el alma del grupo y que actuó de guía.
La ruta son 10 kilómetros sin dificultades técnicas reseñables. Comienza en el pueblo de Argelita y acaba en el pueblo de Ludiente. En medio del camino está la montaña de la Muela, que se sube y se baja, como era de esperar. El desnivel de la ruta no llega a los 600 metros, que se hacen en la primera parte del camino. Mira aquí el perfil.
Nuestros senderistas llegaron a Argelita y rápidamente, mientras una parte del grupo se dedicaba a hacer de logísticos (dejaban un coche en Ludiente para preparar la vuelta), la otra parte fue hacia la plaza Pio XII y se introdujo en la panaderia para coger fuerzas. El horno estaba recomendado por el Tigre que alabó sus manjares, tanto dulces como salados. ¡Y tenía razón!
Una vez volvieron los del coche y se acabó la fiesta del desayuno, comenzó la caminata. Al principio, y a modo de visita cultural, se pasó por la plaza de la iglesia y se hizo una rápida visual a las dos torres que quedan del palacio de Zeit Abu Zeit (o Zayd Abbu Zayd), rey musulmán de Valencia aque rindió su reino frente a Jaume I. Fue vasallo del rey Aragonés y ayudó a éste en varias conquistas y que, para no tener problemas, supongo, se hizó católico con el nombre de Vicente Belvís. Luego su familia se emparentó con la nobleza aragonesa. Murió en el palacio que estaba justo por donde en ese momento pasaban nuestros caminantes.
Los Rayitos salieron de Argelita por la carretera de Ludiente pero solo andaron unos pasos. Muy pronto tomaron una pista a la izquierda. Una señal marca que ese es el camino hacia el castillo del Buey Negro. Es el SL-CV 91. La pista lleva directamente al castillo pero nuestros Rayitos utilizaron atajos en forma de senda para hacer el camino más auténtico e interesante.
El Tigre comentó que la ascensión al castillo se estructura en cuatro escalones. Se corresponden a los tramos empinados del camino. Entre "escalón" y "escalón" hay tiempo para recuperar el resuello. Los tres primeros arreones son importantes y el cuarto es bastante más corto. Con la broma de los escalones se fue subiendo sin notar tanto el esfuerzo.
El día era muy bueno para caminar. No hacía demasiado calor y durante todo el trayecto el cielo se mantuvo nublado. Las vistas sobre el valle del río Villahermosa eran fantásticas. Aun lo serían más desde lo alto del castillo.
A partir de un momento, a mitad del tercer escalón, ya se vio el castillo. La torre y la gran muralla que circunda el contorno de la montaña era perfectamente visible y perfilaba la cumbre de la Muela.
La ruta coincide en algún tramo con la Canaleta Trail, carrera de montaña circular que se organiza desde hace algunos años en el pueblo de Argelita en verano y que discurre por sendas y lugares emblemáticos de su término municipal. Todo sea para atraer el turismo. Así también se mantienen los caminos.
Siguiendo la ruta, la pista termina en un collado donde está el Corral de Las Matildas, totalmente en ruinas, en el pie del castillo. Una vez arriba, los nuestros descansaron al lado de la torre, casi lo único que esta en pie. La torre fue transformada en masía en el siglo XIX y gracias a eso se mantuvo más o menos en buen estado. Posteriormente, ya hace poco, se ha restaurado como torre y se puede ver la forma y estructura de la misma.
El nombre del castillo tiene una historia curiosa. El nombre de Buey Negro se piensa que viene de su nombre árabe, que era Bu Nerzo, que traducido significa "lugar donde crecen las alcaparras". La traducción no fue muy literal pero bueno, con ese nuevo nombre, parece que el castillo en la época crstiana es un poco más serio que en época musulmana.
El castillo en sí es una gran extensión que cubre lo alto de una montaña de La Muela, bastante escarpada a 748 metros de altitud. Los constructores elevaron la muralla en aquellos lugares donde se podía subir, y en otros no hizo falta porque es imposible subir por ellos.
En el espacio que ocupa el castillo, que se corresponde con toda la cumbre de la Muela, hay lugares donde se han hecho catas arqueológicas. Hay también un par de aljibes interesantes y algunas ruinas de dificil catalogación. Pero el espacio mayor lo ocupa monte bajo, roquerales y espacio sin utilizar. La ubicación de este castillo árabe quizá fuera más de acogida frente a incursiones de bandidos o del ejército cristiano que para alojamiento de personas. Hay autores que hablan también de su origen romano.
Siguiendo por el interior del castillo nuestros caminantes fueron a ver la ventanica de Ludiente, un agujero en la montaña desde donde se ve el pueblo de Ludiente. En el risco de al lado había 4 buitres que aguantaron quietos hasta que los nuestro estuvieron a pocos metros. Luego levantaron el vuelo.
La subida a la ventanica es corta pero bastante empinada. Es un poco peligroso por la bajada con tierra y piedra suelta, pero ninguno se resbaló ni dio con su culo en tierra. También había un Belén en un botijo al lado del agujero, bastante famoso si lo buscamos por internet.
Los nuestros volvieron al castillo y se dirigieron al camino de Ludiente, por la senda llamada del Buey Negro. La bajada fue más cómoda que la subida. Una senda que se convirtió en una pista de tierra cómoda dentro de un bosque de pinos.
Una vez abajo, llegaron al lugar donde el barranco de Santa Ana se une al río Villahermosa. Pasaron por un puente para cruzar el río y llegaron a Ludiente, final de la ruta.
Los Rayitos descansaron e hicieron tiempo en un barecito del pueblo mientras esperaban que los logísticos trajeran el coche que se había quedado en Argelita. Estos bares hacen un ejercicio social importante en estos pueblos donde la cantidad de habitantes no da para llenarlos ni mucho menos. Ludiente tiene 175 habitantes en 2024, sorprendentemente 20 más que el año anterior.
Para finalizar la excursión, el colofón lo puso la gran comida de carne a la brasa y patatas fritas que nuestros senderistas se metieron entre pecho y espalda en un restaurante del Castillo de Villamalefa. Espectacular. Una gran ruta se merecía un gran final, y está vez se consiguió. Fantástico.
Por poner un título a este día, se podría definir como "Muy buen ambiente y muy buena gente". Día perfecto.