domingo, 24 de noviembre de 2013

Un paseo por la sierra de Borriol

Era un fresco día de noviembre. Para esta ruta quedaron Fede Kiko y Rayito. Susana había quedado pero al final no pudo venir (es su destino). Nuestros protagonistas iban equipados con mangas largas y pantalón largo salvo el caluroso del grupo que todavía aguantaba el pantalón corto (lo aguanta todo el año). Luego, durante la subida, todos tenían claro que les sobraría ropa.

Rayito de voramar estuvo a punto de no venir. Tenía problemas estomacales por algo que comió (o bebió) el día anterior. Incluso a primera hora escribió un mensaje en el Whats-App que no acabó enviando. ¡Este es el espiritú "club rayito"! Aunque estés jodido, sal a la montaña y así por lo menos los demás pueden reirse de tí y pasan un rato agradable. En su descargo hay que decir que Rayito aguantó estoicamente toda la marcha aunque hubo que arrastrarlo en alguna que otra ocasión.

Para esta ruta los senderistas llevaban un track para seguir que se habían descargado del wikloc de ayvoy!!! pero tenían claro que iban a recortar camino  (los cerveceros no caminan más de lo necesario).

Este es el perfil de la ruta que al final se hizo. Se ve claro que la subida era ligerita pero se bajó de golpe.



La subida
Salieron de la gasolinera de Borriol y enfilaron una pista con suave subida que arrancaba desde el lado de la fábrica de muebles Pitarch. Había que estar atento a una senda que tenían que coger a mano izquierda en el kilómetro 1. Haciendo honor al sobrenombre de "huevones" se pasaron la senda (mira el track y lo verás enseguida), con lo que el gps se puso a pitar y pitar. Esta vez, y no como otras veces, nuestros amigos decidieron seguir las indicaciones del gps y buscaron la senda en cuestión. La encontraron, aunque no fue fácil (el empalme es difícil de encontrar si no lo sabes o no vas con un track) y entraron por la senda.

La senda que les iba a llevar a la fuente de la Botalària era muy bonita. Iba a pasarles de una a parte a a otra del valle, donde está la fuente. Era un camino para disfrutar, estaba muy bien conservado y no era especialmente empinado. Al de la resaca estomacal se le iba haciendo la "parada del hijoputa", que consistía en, cuando se separaba del grupo (casi siempre qua había subida), esperarlo justo hasta el momento que llegaba y ,sin dejarle parar, seguir la ruta. Él callaba y seguía, consciente de las pocas excusas que podía dar de su paso lento.

La fuente y los centinelas

Llegaron a la fuente de la Botalària donde, según parace el agua es apreciada. Eran las 9 de la mañana y ya había un coche llenando garrafas de agua del caño donde sólo caia un hilillo de agua. Sin parar enfilaron la subida. El camino empezaba a coger altura y seguía siendo agradable y bonito.
Pasaron por los "centinelas", unas rocas puntiagudas que guardan el paso del camino, y siguieron subiendo y subiendo hasta alcanzar "el Cotico", un lugar alto desde donde se va a un mirador (que no fueron) donde se ve toda la Plana. Ellos siguieron su camino hacia la derecha por una pista de tierra. La subida ya estaba hecha y lo que estaban haciendo ahora era "crestear" por el alto de la sierra. Allí ya habían algunos "masets" y se intuía vida, aunque no vieron a nadie.

La estatua.

Imaginate en una pista de tierra en medio de la nada. En teoría lo más que se puede encontrar en un sitio como ese son algunos almendros, olivos y poco más. Pues bien, en la sierra de Borriol, como son tan chulos, hay una estatua de considerables dimensiones de arte contemporáneo. Sólo el llevarla hasta allí ya supondría un pequeño problema para el caprichoso dueño que la puso. En un momento el club Rayito no concluyo si la estatua la había puesto un comprador al que no le cabía en casa o un artista que no fue capaz de vendérsela a nadie.

La bajada

A pocos metros de la estatua había una masía moderna, de las que usa la gente para ir el domingo a fer la paella. Allí tomaron un desvío a la derecha, dejaron la pista y volvieron a coger una senda. Siguiéndola se volvieron a salir de la ruta. El gps pitó y tuvieron que deshacer unos metros de camino.
 
Había que tomar un desvío por una senda más deshecha que pasaba por un mirador espectacular y después, casi en linea recta iba hacia abajo buscando el pueblo de Borriol.

Había mucha piedra suelta y, para unos cerveceros, no resultaba cómodo el ir bajando. El de los desarreglos estomacales, también apodado "el gps" llevaba el ritmo y les guiaba por una especie de camino pedregoso a más no poder. No hubo resbalones reseñables ni percances, ya que el ritmo era de tortuga.

Casi al llegar al pueblo se pasó a la sombra del castillo, subido en una montaña tan escarpada que los Rayitos aun están pensando cómo coño subía el señor del castillo a casa todos los días.

Unos metros más abajo, ya en a entrada del pueblo estában la ruinas de la morería de Borriol, restauradas pero un poco abandonadas.



Con esto se díó la ruta por acabada y nuestros héroes regaron con cerveza el momento e hicieron los comentarios de la misma. En general la ruta gustó mucho pero la próxima vez se bajaría por otro sitio menos peligroso y con menos piedras (había dos alternativas más pero se siguió el track al pie de la letra).


Pincha para ver el track de la ruta


3 comentarios:

  1. Estaría interesado en poder acompañaros en alguna expedición, y poder aprender algo de vuestra extensa sabiduría en lo que al mundo de montaña se refiere. No obstante, no haría ascos a unas cervecitas al finalizar tan extenuantes expediciones.
    sois unos cracks.
    Dani

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    1. Este próximo fin de semana se valorará suena cerveza.i usted puede acompañarnos, no todo el mundo puedeaguantarnuestro ritmo.
      La reunión se celebrará en Ernesto lugar de acogida de estos senderistas acompañados como no de una buena cerveza.

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    2. el cometario es de
      Fede

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