Era un 9 de octubre, día de fiesta en la Comunidad valenciana, y nuestros Rayitos aprovecharon la festividad para mover un poquito la piernas. La mañana estaba nublada, un poco fresca depués de los grandes calores de septiembre, pero no tanto como para ser octubre. Lo que sí que había era mucha, mucha humedad en el ambiente. La ruta elegida era suave, un poco de pendiente al principio y toda una gran bajada al final. Había algunos caminantes que llevaban un tiempo en dique seco y no era cuestión de comenzar con una paliza. Mira aquí el perfil.
Esta ruta la hicieron Fede (Gps), Gilbert (Rayito), Kiko (l'innovador) y Susana (Susi para l@s amig@s). Aparcaron el coche al lado de la autopista, en el pla del Salandó, estiraron un poco (muy poco) las piernas y empezaron a caminar. Al principio hubo un momento que se colaron de camino pero enseguida encontraron la senda correcta (lo podrás ver en el track). El comienzo era plano y la conversación era amena, pero cerca del kilómetro 2 las voces callaron. Arrancaba "la gran subida" al castillo de Montornés. Ésta era corta pero muy empinada para el estado de forma de nuestros caminantes (300 metros en menos de un kilómetro de subida).



Ya comentamos en otra ocasión que el club Rayito subió al castillo de Montornes (por otro camino). Como ya se dijo, el castillo es una fortaleza de origen árabe del siglo X construida sobre restos de origen romano, que se sitúa sobre una escarpada cima a una altura de 500 m. Lo de escarpada que se lo digan a Rayito, y las vistas, fenomenales.
Una vez en el castillo, el objetivo era llanear por una senda hasta llegar a la carretera y, desde allí, andar unos 300 metros por asfalto hasta el monasterio de las Palmas. Así se hizo. Se dejo a la derecha la senda que vuelve a bajar a la autopista y se siguió hasta el monasterio.
Justo al llegar al monsaterio se torció a la derecha y se cogió una senda que, tras unos metros, desemboca en una pista que va bajando hasta el pla del Salandó. Si te fijas en el track, hay dos "rayito-atajos" que te evitan un par de curvas y dan un poquito de aliciente a la bajada.
Normalmente en este tipo de bajadas los Rayitos suelen trotar un poco. esta vez no se trotó ni un metro. El grupo iba tranquilo sin esforzarse demasiado. Por fin se llegó al fondo del barrando y, por una senda, se acabó donde estaba el coche. Dos horas y 8 kilometros de disfrute senderista.
Ahora corriaendo a las cervecitas de rigor y a comentar la ruta del día. Es casi una clásica que se puede utilizar de comodín para días en lo que no se sepa donde ir. Bonita ruta. Se comentarion también rutas pendientes de hacer como una en Culla, y se habló de una nueva subida al Morico, para ver si por fin se encuentra las escaleras mecánicas que llevan arriba al pico.
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