miércoles, 15 de noviembre de 2023

Circular Alfondeguilla - coll d'Artana


Un extrañamente caluroso domingo de noviembre los Rayitos montaron esta excursión. para este día Javi preparó la ruta. Busco en el wikiloc una que no fuera muy larga, que estuviera cerca y que fuera relativamente corta para el grupo. Esta vez no había que forzar mucho porque, tras un tórrido verano y un otoño un poco sedentario, las piernas andaban desentrenadas. La ruta agraciada con el premio fue una circular que, partiendo de Alfondeguilla, recorría el Barranc de Castro pasando por el Arquet, el coll d'Artana, L'Ereta, Penyalba y la Penya del Migdía. Como veremos un poco después, no se pudo completar la aventura pero nuestro grupo quedó muy satisfecho con el resultado.

En esta excursión participaron Bea, Isa, Javi, Kiko y Vicent.

El perfil de la ruta que al final hicieron nuestros esforzados caminantes fue el siguiente:


Como se ve en el perfil, con respecto a la ruta original que iban a seguir, el camino definitivo tuvo un par de kilómetros más y un poco menos de desnivel que el objetivo. Circunstancias hicieron que la caminata variara un poco. Al final fueron poco más de 14,5 kilómetros de distancia y casi 600 metros de desnivel. 

A las 7.45 de la mañana quedaron en Castellón para salir hacia Alfondeguilla, el comienzo de la ruta. Como casi siempre, todos fueron puntuales.

Tras un trayecto sin problemas, el coche llego a Alfondeguilla y se encontró con un pueblo colapsado de vehiculos aparcados. Alguna fiesta había porque no era normal que este lugar, normalmente tranquilo, estuviera tan petado. En principio se pensó que podría ser debido a alguna carrera o evento deportivo pero al ver todos los puestos de juguetes, bolsos, joyería, complementos y ropa que en ese momento estaban montando vendedores ambulantes, la idea cambió. Parecía que eran fiestas o se celebraba algo. Depués se supo que eran las fiestas en honor a San Bartolomé y San Francisco Javier, con misa y procesión incluidas. 

A las 8.30, tras aparcar fuera del pueblo porque dentro era imposible, nuestros Rayitos comenzaron la excursión. Tendrían que hacer un kilómetro más de ruta porque el punto de salida del track estaba a 500 metros de donde dejaron el coche.

El día se presentaba bueno. Nubes altas que taparían el sol y temperatura perfecta. Ideal para manga corta sin llegar a sudar.

EL grupo de rayitos se cruzó el pueblo de cabo a rabo y se adentró por una pista en el Barranc de Castro.

No hemos de confundir este Barranc de Castro con el de Suera o el de Artana (o no sé si hay alguno más con ese nombre, creo que en Artesa). Parece que este nombre es bastante popular para nombrar barrancos, fuentes y lugares. De hecho, "castro" es la traducción en latín de "castillo", y topónimos relacionados con fortificaciones o castillos hay para aburrir en todo el ámbito latino (por ejemplo, "Castellón"). 



Salir del pueblos ya les llevó un kilómetro. Estaban en la Font del Frare y el Asssut, y un poco más adelante cruzaron a la derecha, a seguir el Barranc de Castro. Caminaban por una senda muy arreglada y con pinta de muy antigua, todavía con tramos totalmente empedrados. El camino subía poco a poco, sin demasiado esfuerzo para nuestros caminantes.


La senda va discurriendo cerca y paralela al cauce seco del barranco hasta que llega un momento que metió a los senderistas en el propio lecho del río. Aquí se encañona el valle y con grandes peñas a ambos lados, los Rayitos caminaban por una garganta. Era el kilómetro 2,5.

En el punto más estrecho de la garganta, casi sin anunciarse apareció l'Arquet, construcción muy conocida y muy visitada en la zona. L'Arquet es un arco que une las dos paredes del barranco y que formaba parte de un acueducto romano (o árabe, según las fuentes que leas) que se ha mantenido hasta nuestros días. 


A partir de este momento el barranco acompaña al grupo con una pequeña cantidad de agua en su cauce, que para la escasez de lluvias que había, ya era un casi milagro. Ya sabían los romanos donde poner sus acueductos.

La humedad del ambiente hacía que los nuestros tuvieran la sensación de estar en algún valle del norte de España. Mucha vegetación y algo de frescor. Las fotos salen muy bonitas por la poca costumbre que  se tiene en Castellón de encontrarse con esta cantidad de verde que hay alrededor.


Un poco más adelante los nuestros se encontraron con un problema. Se llegó a un paso donde un algarrobo había caído en el camino y un montón de zarzas hacían muy dificil continuar por la ruta. Kiko lo intentó y, mientras se pinchaba, pasó por allí un angel de la guarda vestido de deportista. Él les comentó que existía una alternativa para seguir. Había otro camino por el que se llegaba al mismo sitio. Menos mal. Se anduvo un poco más pero se agradeció no pasar por el tormento de los pinchos.

Una vez superado el escollo, el valle se abría y subía. El grupo accedió a una ancha pista por la que siguió la ruta. Era el kilómetro 3 de la ruta. La pista iba subiendo poco a poco, ahora por el Barranc d’Eslida hasta llegar por fin a lo alto del valle. La verdad es que no se hizo nada pesado. Las piernas sabían que subían pero no se quejaban demasiado.

En la zona del Estacador, en el Corral Nou, el track hizo que nuestros senderistas tomaran una pista a la derecha por el Barranc de la Font de la Figa, arriba, arriba hasta el Coll d’Artana o Colladet de Castro, que parte los valles. Pasaban por el kilómetro 6 de la excursión. La pista se transformó en camino pero no supuso complicación.


Desde lo alto del collado las vistas eran espectaculares. Muy chulo. Estaban alrededor de 550 metros de altitud y rodeados de montañas boscosas con kilómetros y kilómetros de amplitud visión. El Castell de Castro, viejo amigo del grupo, estaba al sur, majestuoso, las montañas de Alfondeguilla y el mar estaban delante y Artana, al fondo por detrás.


En el collado, en vez de seguir camino recto que les llevaría a Artana, el grupo giró a la derecha por el GR- 36, la gran ruta de 65 kilómetros que une la Vilavella con Montanejos. Algunos de los Rayitos ya habían hecho parte de esta ruta.

La ruta que seguían los nuestros pisa el GR36 durante poco tiempo. Desde donde estaban, hay un pequeño mirador donde se ve Artana al fondo. El camino crestea un poco por una senda hasta la Ereta, donde se abandona el GR-36.

Allí al lado hay una caseta con las mejores vistas y vientos de la zona, Bordeando la casa, se toma una pista a la derecha que baja con fuerte pendiente. Las nubes altas que tapaban el sol se han ido pero también se ha girado bastante viento con lo que la sensación de calor no es mucha. Se esta bien para caminar. 

Se pasa por al lado dels Corrals de Sangrés, en ruina como casi todas las construcciones rurales de la zona, y se vuelve a subir con ganas  por una senda empinada y pelada.

Los caminantes se enfilaron hacia arriba a los singles de Mondragón, al Pic de Penyalba. Muchísimo viento corría en aquel alto. Allí hay una antenas y una caseta de comunicaciones, con placas solares. Este era el punto más alto de la ruta del día, cerca de 600 metros de altitud. Era el kilómetro 8,2 de la ruta.

Tras las fotos de rigor, el grupo de Rayitos bajaron pasando por los corrales de Boyet. Una bonita y trabajosa senda iba descendiendo hasta el coll d’Aigualit.

El tiempo ya achucaba a los excursionistas. Iba transcurriendo y los nuestros tenían trabajos el domingo al mediodía. No todo es andar y la previsión de llegada a casa se iba alargando por momentos. Uno comía en casa de la suegra, otros tenían que hacer la comida para invitados y otros se iban de viaje por la tarde. No había mucho margen para perder tiempo.

La ruta que seguían les marcaba que aún quedaba la subida a la penya del Migdia y una empinada bajada, con el consiguiente tiempo que les llevaría. En una de las casas habitadas del coll d’Aigualit preguntaron si había un camino más rápido para llegar a Fondeguilla. Les dijeron que siguieran una pista y llegarían. El número de kilómetros se disparaba un poco pero era mucho más fácil y rápido. 

Sin votos en contra, se decidió ir por la alternativa y asegurar la llegada, aunque fuera tarde. Así lo hicieron y volvieron a pasar por alguno de los tramos que habían pisado de buena mañana.


Caminando a buen paso, nuestros esforzados senderistas llegaron a Alfondeguilla. Como ya habíamos comentado al principio, eran fiestas y estaba medio pueblo en los puestos de venta ambulante de la calle. El otro medio pueblo estaría en misa mayor.


Sin tiempo de hidratarse con algo fresco, a la una y pico subieron rápidamente al coche y consiguieron llegar a casa antes de las dos. Se les había ido un poco la excursión de las manos pero había valido la pena. Paisajes muy bonitos y sendas y caminos que valió la pena pisar.

Quedó pendiente la subida a la Penya del Migdía que se lo apuntarían como pendiente para otra  ocasión.

Una excursión muy recomendable, muy bonita. Quizá un poco encajonada para hacerla en pleno verano, por el tema del calor, pero esto también tiene su encanto. Las subidas no son demasiado terribles y al final el desnivel es de solo 600 metros. Quizá, yendo con más tiempo sea mucho más recomendable hacerla entera y subir a la Penya del Migdia y saborear un poco más la Sierra de Espadán.


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