domingo, 28 de diciembre de 2014

Navidad en las Agujas de santa Àgueda


La ruta que presentamos aquí ya se ha hecho con anterioridad en el Club Rayito. Es una de las más bonitas del desierto de las Palmas y por eso nuestro Club la repite de vez en cuando.

Esta vez la excursión se hizo para celebrar de manera montañera la Navidad. Fue un 28 de diciembre cuando nuestros senderistas del Club hicieron la ruta, no demasiado exigente pero sí para mover un poco las caderas y así digerir un poco mejor las comilonas navideñas. El perfil, de sobra conocido, es el siguiente:

Nuestros senderistas comenzaron prontito por la mañana. Como se celebraba el día de los inocentes, alguno de los excursionistas dudaba de la veracidad de la convocatoria, con lo que llamó por teléfono antes de salir para que no le quedara cara de tonto en el caso que le la marcha fuera una inocentada.

Aclaradas la dudas, los caminantes salieron del pla del Salandó en busca del barranc de la Comba. El día estaba gris y fresco. Llovía un poco pero, como ya que se estaba allí, no hubo dudas en comenzar la excursión. Esta vez los participantes fueron Antonio, Dani, Fede (GPS), Gilbert (Rayito), Kiko, (Innovador), Raul y Susana.

GPS estrenaba unas estupendas y fosforitas zapatillas. Ahora ya le costaría un poco más perderse por la montaña. Un pequeño paseo por la pista hasta el comienzo de la ascensión de la Comba permitió coger un poco de calor en los músculos. Ya en la senda del barranco Raul tomó la cabeza del grupo. Raul es un tipo atlético y deportista y comenzó a imprimir un ritmo quizá un poco excesivo para los huevones que llevaba como acompañamiento. Tanto era así que hubo que cambiar de líder de la marcha y asignar esta tarea a alguien más conocedor del "ritmo rayito" (más abajo hablaremos del "trote Rayito", un antiguo tipo de marcha del Club, que casi está en desuso hoy en día). Con esto el ritmo se tranquilizó un poco.

La ascensión por el barranc de la Comba duró alrededor de 25 minutos, lo normal para los Rayitos. Una vez arriba y todavía lloviznando se apreciaban en el suelo huellas de animales propios de la zona, Perros, jabalíes y algún tipo de felino extraño. La huella que te enseñamos es de algún tipo de perro, pero parece de algo más exótico.

El grupo siguió por la carretera hacia la font Tallà. Hacía un poco más de frío y el viento comenzaba a hacerse presente. Antes de la fuente se giró a la derecha por la senda que lleva al collet de les agulles.

La senda del collet de les agulles mira hacia el oeste, estaba muy húmeda, pero como "picaba" un poco hacia arriba, los Rayitos entraron en calor rápidamente. El ritmo era bueno y se afrontaron las tres grandes subidas antes de collet con decisión. Todos llegaron sudorosos.

Una vez en lo alto y se encontraron con unas estupendas vistas. Hacía viento y se alcanzaba a ver mucho hacia el norte (las Columbretes a un tiro de piedra). Al sur se veían las nubes como descargaban agua en Castellón, Nules y demás zonas de la Plana.

Ahora era el momento de celebrar la Navidad. Innovador sacó espumillón que colocó en el mójón de piedras que hay al collet. Dani e Innovador sacaron gorros de Papa Noel y Raul sorprendió al grupo con una botella de cava fresquito que estaba buenísimo. Se hicieron la fotos de rigor y comenzó el descenso.

El día iba despenjándose e incluso salió el sol en algún momento. La bajada se tomó con cierto ritmo. Se practicó el "trote Rayito" (como hemos dicho antes, se utiliza poco pero esta vez si se usó), que consiste en un pequeño trote aprovechando la pendiente de la bajada. Sin sudar y haciendo un pequeño esfuerzo huevón.

Bajando por la cara este de las agujas se llegó trotando al pinaret. Desde allí salen dos sendas que van en paralelo hacia el sur, una a cada lado de un pequeño valle. Una es mas ancha y pedregosa y otra más estrecha y más cómoda. El grupo escogió la estrecha y cómoda. Con ella se llegó al  comienzo de la senda de la Comba y después a los coches. Fueron poco más de 7 kilómetros navideños.

Una vez más se siguió con las cervezas y los comentarios. La clasica de las agujas gustó, como no podía ser de otra manera. Muchas expectativas para el nuevo año que iba a comenzar. Felicitaciones de Navidad y cada uno a su casa, a esperar una nueva aventura del Club Rayito.

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domingo, 21 de diciembre de 2014

Alrededor del Tossal Gros


La ruta que presentamos es quizá un poco una improvisación. O quizá también pudiera ser una ruta muy pensada fruto de la estategia urdida durante semanas en la mente de un Rayito consumado. La verdad que nunca se sabrá el origen de la ruta, pero ella en sí misma es una buena excursión para senderistas huevones con ganas de disfrutar de la montaña.

Tres Rayitos quedaron una mañana sin tener muy claro que ruta iban a seguir. Las únicas premisas eran que estuviera cerca de casa y que no fuera muy larga.

Los senderistas que participaron de la excursión fueron Gilbert (Rayito), Kiko (Innovador) y Susana (Susi para los amigos). Se eligió salir del sanatorio que está en la carretara de Castellón a Borriol y, en principio la ruta no se presentaba dura. La idea era ir hacia el Tossal Gros y, según las fuerzas y las ganas, hacer algo más o menos largo y/o exigente. La cosa quedó en algo un poco largo para un huevón, pero no tan exigente. Fueron poco más de 10 Kilómetros con un desnivel acumulado (¡ojo!) de 637 metros (es lo que dice el Gps pero realmente no se notó tanto desnivel). Mira el perfil para comprobarlo.


Nuestros senderistas no fueron tan madrugadores como nos tienen acostumbrados. Comenzaron a caminar poco antes de las 9 de la mañana. Hacía fresquito y el lugar donde se aparcan los coches estaba repleto. Se notaba que unas semanas más tarde estaba la carrera Tombatossals, que discurre por esos terrenos y que la gente tenía que entrenarla para sacar buenos tiempos.

La montaña estaba húmeda. El rocío de la noche se dajaba notar y la piedras resbalaban un poco. Esto no era problema para nuestros Rayitos, que caminaban a paso huevón, pero sí que sería una dificultad para los carreristas que entrenaban. Seguro que más de uno tocó con el culo en el suelo. No hacía excesivo frio y la mañana poco a poco dejaba paso a un esplendoroso día.

Les pasaron algunos caminantes y un par de motos (revolviendo las pideras del camino) y abordaron las ascensiones con calma. Innovador se adelantaba en la subidas para esforzarse un poco más y sudar (o para hacerse el chulito) y en la cimas se reagrupaban otra vez.

Al pie del Tossal Gros comenzó la novedad. Innovador esperaba subir la corta pero exigente ascensión al Tossal, pero Rayito decidió seguir a la derecha por una senda que bordeaba la montaña hacia el norte. La cara este del Tossal no se subió.

Una vez en la cara norte, se bajó a la cantera. Se dió la vuelta a la misma y nuestros senderistas se dirigieron hacia Borriol, por la pista que lleva a las pinturas rupestres. Innovador quería ascender por la senda que desde la cantera asciende al Tossal, pero Rayito quisó seguir con la ruta que tenía trazada en su mente. El resultado es que la cara norte tampoco se atacó.

El paisaje de la cantera era casi desértico. Grandes bloques de piedra y un gran agujero en medio. Miles y miles de toneladas de piedra debieron salir de allí. La verdad que es que seguían saliendo, porque la cantera está en producción.  Siguiendo la pista que desde la cantera se adentra por el valle que lleva hacia las pinturas rupestres del gran bruixot, la temperatura empezó a bajar. Hay bosque y la umbría no dejaba desaparecer el rocío de la mañana. Muchos charcos en la pista por lluvia de hacía poco hacía que nuestros senderistas tuvieran que sortearlos sin dificultad.

Una vez pasado el desvío de las pinturas y siguiendo unas pocas decenas de metros la pista se deja ver un camino a la izquierda, que tras cinco escasos metros hay que coger otro a la derecha, Si no se conoce es difícil de encontrar, ya que no se ve claro.  Por la senda, a unos 200 metros hay que comenzar a subir por la montaña lo que se intuye como senda pero que en realidad es pura piedra. Un poco más arriba si que se ve la senda y hay que seguirla.

La senda se empina y los Rayitos la cogieron con calma. Poco a poco ascendieron y llegaron a una loma pelada en la cara oeste del Tossal gros. Desde allí se ve Borriol y su serra, así como la Plana hasta Onda, el Montí y la serra Espadà.

La senda va por una loma calcárea muy erosionada donde las piedras están llenas de marcas del agua y del viento. Un poco más adelante está el camino que sube al Tossal Gros por su cara oeste. Rayito tampoco consideró oportuno atacar esta vía y la cara oeste no se subió. Se siguieron unos puntos rojos con un círculo blanco que estaban pintados en las piedras. Parecía algún tipo de marca para ciclistas. Una vez más el personal se empeña en ensuciar las sendas con distintas marcas pintadas. Con la tecnología actual de tracks digitales, mapas y demás, creemos que ya está bien de utilizar pinturas en la montaña. ¡A ver si es verdad!

Bordeando una vez más el Tossal, esta vez por el sur, nuestros excursionistas llegaron a camino por donde habían venido, y desandaron el trecho que les llevó al sanatorio, inicio de la ruta. Casi dos horas y media de camino donde, siempre viendo la cima del emblemático Tossal Gros, no se ascendió sino que bordeó hasta hacer un círculo con la montaña en medio. Seguramente Rayito habría hecho una promesa o algo parecido para no subir.

Como es tradición, la ruta finalizó con unas cervecitas y los comentarios a la mañanita de senderismo. La ruta gustó. Recorría gran parte del track de la carrera Tombatossals y, por ser tan cercana a Castellón, se calificó como muy cómoda, fácil y recomendable.

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lunes, 8 de diciembre de 2014

El reto del Morico


Cada Persona o grupo de personas tiene una obsesión, como el capitan Ahab en Moby Dick. Su obsesión le llevó a perseguir de forma enfermiza a la gran ballena blanca, la misma que le arrancó su pierna años atrás.

El club Rayito también tenía su gran ballena blanca, el Morico. Una montaña de la sierra del Bartolo a la que cada vez que subían no eran capaces de encontrar la vía "fácil" para alcanzar su cima. Una y otra vez lo intentaron y siempre se complicaban la vida, discutiendo de si por ese lado, por ese otro hasta que al final, a base de trepar de mala manera, se conseguía el objetivo. Pero la gran obseión, el gran reto, era conocer la vía de la que todo el mundo hablaba, la "vía facil". Dani, un amigo, comentó que él con su hijo de 9 años subía sin problemas. Otra gente subía con perros. No era posible que lo Rayitos sufrieran tanto para hacer esta ascensión.

Una vez más el club intentó el reto del Morico. Esta vez fueron Fede (GPS), Gilbert (Rayito), Kiko (l'Innovador), Pedro y Susana. Los 5 tratarían de quitar esa espinita que el club tenía clavada desde hacía tiempo. La ruta era de sobra conocida por los caminantes. Existía una opción de subida y dos de bajada, la que pasa por el coll de la Mola y la de les vetetes. Para este día eligieron la segunda, que era más directa y más "divertida" (era senda y no pista). Viendo la foto que encabeza la crónica, la ruta pasa justo por la cresta que une las tres montañas. La cumbre de más a la izquierda es la gran ballena blanca, el Morico. El desnivel era de sobra conocido. Con la ruta elegida no habría problemas de cansancio por desnivel. Se iría poco a poco por lo complicado del camino (lo que los profesionales llaman subidas y bajadas "técnicas"). Al final fueron poco más de 5 kilómetros con un desnivel acumulado de 450 metros.



Aparcaron el coche en les Creuetes, al comienzo de la pista Roja, al lado de la urbanización El Refugio, y se encaminaron hacia el mas de Chiva. Una pista les llevó primero a la font del Mas de Xiva, de la que sólo asomaban unas gotitas, y sólo unos metros más allá estaba el mas de Xiva. A su derecha arrancaba el camí del Portell. Nuestros senderistas tomaron ese camino que se enfilaba por el barranco hacia arriba.

A los Rayitos nos les costó demasiado llegar al Portell, el collet entre la Roca Blanca y el Morico. Hicieron varias paradas para ver de lejos la pared final de la ascensión, el auténtico reto del día. Rayito calibraba por donde se debería trepar. Todos opinaban sobre la via de acceso a la cima, más bien en broma que en serio. Pero la cumbre estaba ahí y había que encontrar el acceso fácil.

Una vez en el Portell se tomó a una senda a la derecha, con destino al Morico. La senda se escarpaba y poco a poco se tuvieron que ir usando más las manos que los pies. Pedro, que llevaba tiempo sin participar en una caminata, iba a una marcha más "diesel", pero no dejó de caminar y llegó al pie del "muro" a la vez que el resto del grupo.

A nuestros caminantes se les apareció la Virgen María en forma de dos senderistas del Centro Excursionista de Burriana que decían que conocían el camino. Los Rayitos se "pegaron a rueda" y treparon detrás de los "profesionales".

La vía era un poco más fácil que las que utilizaron lo Rayitos en otras ocasiones. Innovador cree que todavía podría haber alguna más fácil, pero lo que es seguro es que se subió bastante rápido y sin grandes problemas.

Hay que decir también que la subida no es de gran nivel pero tampoco la trepa cualquiera. Ese día se oyeron frases como "Quién coño me mandaba venir a mi hoy aquí", o "soy gilipollas", o "me paro y de vuelvo", o "si lo cuento en casa me llamarán friki". Todo esto dicho por un/una Rayito/a en plena ascención viene a decir que no todo fue coser y cantar, que la cosa estuvo arregladita, sobre todo por el vértigo (cague) y las piernas cortas que no dejaban llegar las zapatillas a la roca que tocaba.

Una vez en la cumbre las caras cambiaron, Las vistas ese día eran espectaculares. Hubo viento el día anterior y el cielo estaba superclaro. Se veían perfectamente la columbretes y casi también las lagartijas que vivían alli. También se veía el Montgó y la punta del cabo san Antonio, a muchos kilómetros de distancia. Los ánimos se relajaron y se comenzó a buscar el camino de vuelta.

Para la bajada del Morico se eligió la senda de les vetetes. una senda que baja "al recto" justo hacia el este. Antiguamente estaba señalada por cintitas atadas a ramas. Ahora ya casí no quedaba ninguna. Estas cintas se han sustituido por fitas de piedras cada pocos metros. La senda es muy pedregosa y la pendiente a veces es grande con lo que viene muy bien ir siguiendo las fitas para  no despistarse.

Como la bajada era muy técnica y el camino estaba bastante perdido se avanzaba muy poco a poco. Se oían frases como "por este camino sólo han pasado dos grupos, los que pusieron las piedras y nosotros", "este innovador ya se pasa con sus caminitos", o " estoy aburrido de las piedras, necesito un camino plano y de tierra". Algunos resbalones y las mallas de GPS pagaron el tributo de la montaña. Por lo demás, todo bien. Se subieron las dos agujas que están delante del Morico y se bajó casi esquiando por las piedras hasta que la senda se allanó un poco. De allí al coche fué un paseo. Fueron dos horas y media para recorrer cinco escasos kilómetros, pero la concentración y la complejidad merecieron este tiempo.

Al final cervecitas y a comentar la ruta. La gente estaba contenta. Lo que durante la excusión fue sufrimiento se transformó en orgullo y alegria por la superación de un reto. Para el club Rayito esta ruta, de ser su gran "ballena blanca", pasó a formar parte de esa colección de "grandes clásicos" que se dejan para ocasiones especiales. Todo un tributo.


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lunes, 24 de noviembre de 2014

Al voltant de la Pedra de Borriol

La ruta que presentamos es super, super, super huevona y combina tramos de senda con pista y carretera.

Son casi 11 kilómetros de paseo por la montaña donde no hay demasiado desnivel de subida pero sí de bajada.

Los Rayitos que acudieron a esta cita fueron Antonio, Flama, Gilbert (Rayito), Kiko (L'innovador), María y Mercedes. El punto de partida fue la Pedra de Borriol, en la carretera de la Serra. La pedra está en pleno corazon de la Serra de Borriol y desde allí se pueden acceder a rutas bonitas por pistas y caminos.

Ese día los Rayitos tenían previstas dos posibles rutas. Una larga, de 11 kilómetros pasando por varias fuentes, y una corta, de 6 kilómetros y más sosegada. Nuestros senderistas andaban un poco remolones y se decidieron por la corta. 

Los caminantes comenzaron la ruta por la pista del GR-33 hacia el oeste y a los 100 metros se encontraron con una señal que indicaba una desviacióna la izquierda hacía el Pou del Portugués. Tomaron el devío y rápidamente la pista se convirtió en senda y se encajonó dentro del barranc de les ermites. Era pronto por la mañana, el camino iba bastante encajonado ewn el barranco y todavía el suelo estaba muy húmedo del rocío de la madrugada. El resultado es que hacía hasta frío, cuando en realidad se esperaba un día templadito.

El grupo llegó al Pou del Portugues, una fuente en medio del barranc de les ermites que suele tener agua (muy poquita). Esta vez pràcticamente no tenía pero alguna gota caía del caño, que estaba completamente cubierto de musgo. De allí los seneristas siguieron camino hasta llegar a un cruce. El objetivo primero era girar por la senda hacia la derecha para hacer la ruta corta (tal y como habían convenido), pero se aventuraron recto para ver la font de la teula, que estaba a un ratito de distancia. Gracias a esto se encontraron con un  rovellón al lado del sendero, grande y sano.

De repente, cuando se abre el barranco, justo arriba del Tossalet del Castellet había un cazador de pie, frente al cortado. Desde arriba nos dijo que un poco más abajo había batida de jabalí pero ya había avisado por radio que iban caminantes. También comentó que en el tossal de la derecha había un grupo de cabras. Nuestros senderistas las vieron. Antes era raro ver cabras por esos lugares pero ahora parece que lo invaden todo.

Con la prudencia huevona que caracteriza a los Rayito, éstos recularon y deshicieron camino para no tener que encontrarse con hombres armados y perros buscadores. Fueron a buscar el camino que les marcaba la "ruta corta". La senda que tomaron subía saliendo del barranco. No era una ascensión muy pesada, pero por lo menos se sudó un poquito. El día se estaba planteando muy huevón y por lo menos algo de ejercicio había que hacer.

El camino desembocó en una pista y de allí, tran un kilómetro largo, se volvieron a encontrar con otro cazador que estaba a la espera del jabalí. Era otra batida que estaban haciendo un poco más al norte. Los Rayitos no pasaron por donde la batida. Tomaron una pista a la deracha que llevaba directamente el mas de Flora. Las vistas desde el mas a la serra del Bartolo son impresionantes. Del mas de Flora sale una carretera que, tras un kilómetro, les llevó directamente a la Pedra, inicio de la excursión.

En teoría éste era el fin de la caminata pero la ruta había sido tan huevona que nuestros senderistas querían más. Al final dos del grupo bajaron los cohes hasta Sant Vicent y el resto hicieron la bajada andando por el GR-33. Los conductores también se apuntaron y desde abajo afrontaron la subida hasta encontrarse con el grupo de descenso. Los que ascendían sudaron bastante más que los que bajaban. Fueron 3,5 kilometros extras que, si bien no endurecieron la marcha, por lo menos dieron la excusa para poder tomarse las cervezas después sin remordimientos.

Por fín acabó la ruta y todos fueron a comenzar la siguiente fase, la de la reposición de líquidos. Con una cerveza en la mano se comentó la excusión. La ruta, con las idas i venidas por culpa de los cazadores, y el extra de la bajada de la Pedra a sant Vicent consiguió tener cierto encanto. Además estuvo el rovellón y la vista de las cabras, con lo que la excursión salió bastante redonda. Como parecía que los Rayitos empezaban a estar más fuertes, para la próxima se buscaría una ruta un poco más exigente (se comentó la vuelta a las Agujas o la subida al Morico, dos grandes clásicos del club). Se esperaría con ilusión.


sábado, 1 de noviembre de 2014

La cova de la Vila. La pobla Tornesa

La ruta que proponemos aquí es un bonito y corto paseo a la búsqueda de una gran cueva, la cova de la Vila.

El club rayito fue a investigar la cueva. Esta vez los senderistas fueron Clara, Fede (GPS), Gilbert (Rayito), Inma, Kiko (l'innovador), María, Marifé y Marisa.

Nuestros caminantes, sabedores de la poca longitud de la ruta, quedaron a las 11 de la mañana en La Pobla. Después de la caminata ya tenían asegurada una buena comida. Hubo sierto retraso a la llegada, que los tardones achacaron a Mercadona. Tampoco el retraso fue muy importante y la ruta comenzó más o menos a tiempo.

El grupo de excursionistas era bastante variado. Por un lado, experimentados senderitas rayitos, por otro niñas que según el animos corren o se cansan de momento y por fín una experimentadas "urbanitas" que con promesas de lo corto de la excursión habían sido "engatusadas" para acompañar al grupo.

Era el 1 de noviembre, día de todos los santos. Mientras mucha gente del pueblo se dedicaba a visitar el cementerio nuestros senderistas comenzaban a caminar desde el centro del pueblo. Recorrieron el carrer Cabanes hasta plaça del Raval, carrer Calvari y carrer de la Cova. La ruta de momento era plana y el sol no pegaba muy fuerte. ¡Un día perfecto!. El carrer de la Cova acabó y de allí salía una senda montaña arriba. Ahora el personal, que hasta ese momento no habá siquiera notado calor ni frío, comenzó a sudar con la subida.

Nadie del grupo había ido antes a la cueva ni había una ruta gps que seguir, así que la excursión se convertía en una pequeña aventura de busqueda de la cova de la Vila. Las sendas se iban mutiplicando y habia que investigar si realmente el camino elegido era el correcto. Por fin, tras unos minutos de duda, Marifé dijo "por allí hay un camino". Los caminantes subieron i allí estaba la cueva.

La cueva tiene varias entradas, pero sólo una accesible andando. El club Rayito tuvo suerte y esa entrada fue la buena. Incialmente se entra a una pequeña oquedad de la que, agachados, se llega a una gran sala. Realmente no hacen falta linternas ya que las otras entradas a la cueva dan suficiente luz para ver sin problemas.

Entonces el grupo sacó la cámara y comenzó a fotografiarse. No es normal entrar a una cueva con tanta facilidad. Estalactitas y estalagmitas habían pocas pero aun se conservaba una potente columna a la derecha al fondo. En interior de la cueva se notaba bastante utilizado lo largo de los años. Vivienda en la prehistoria, guardar ganado, esconderse cuando los bombardeos y las incursiones de la guerra y muchos más usos se le dieron a esta cueva. Su gran amplitud permitiría múltiples utilizaciones.

Una vez hechas la fotos de rigor y tras el pequeño susto de ver un murciélago molestado, el grupo salió de la cueva. Había mucha humedad dentro y se noto mejoría al salir. Ahora todo era cuesta abajo y se lllegó al pueblo sin dificultad (antes se busco un nuevo camino pero no fructificó la innovación). Se volvió al carrer de la Cova y de allí a la plaça del Raval. Los Rayitos, con el deber cumplido y viendo que era buena hora, dieron una vuelta por el pueblo. Primero fueron a la iglesia de sant Miquel  a admirar el retablo nuevo que tiene. La iglesia estaba cerrada y no se pudo. Dicen que en el retablo se distingue claramente a Santiago Carrillo y a la Pasionaria. Otra vez será. De allí callejearon hasta la fuente, volvieron a la plaza y ya, como era la hora, a hacer las brasas y comer.

Durante la comida se comentó la ruta. Fue lo suficientemente corta y fácil para que los "urbanitas" admitieran planificar una salida para otro día, y en este caso, con la cueva como premio, la ruta valió mucho la pena. Por supuesto hubo cerveza, vino y cava para recuperara la forma.

Picha aquí para ver la ruta.

domingo, 26 de octubre de 2014

Circular pico Espadán desde la Nevera de Alcudia

La ruta que presentamos aquí tiene cierto carisma, ya que sube al emblemático pico Espadán, montaña más alta de la espectacular sierra que da su nombre. Realmente no es la más alta, la Ràpita la supera en 7 metros, pero seguro que es la más conocida.

Esta vez, los senderistas del club Rayito que acudieron a hacer la ruta fueron Antonio, Ara, Carmen, Fede (GPS), Flama, Gilbert (Rayito), Kiko (lnnovador), María, Mercedes y Toni, un grupo ya bastante numeroso. Esta vez Mercedes y Flama se estrenaban.

La ruta elegida es circular y "los Rayitos" decidieron, con buen criterio, subir por la parte más plana y bajar por la más empinada. Hubo cierto cachondeo con el innovador porque, viendo el perfil, calificó la subida como "de suave desnivel". Y subir, había que subir igual los mismos metros. En el perfil se ve que el comienzo de la subida es muy suave (para calentar) aunque al final el tema, como veremos, se complica un poco.


El grupo quedó a las 7 de mañana un día de octubre. Esa noche fue la que se cambiaba la hora y el Innovador se equivocó poniendo el despertador. Comenzaron las alertas con el  whatsapp y no hubo que esperar demasiado. A las 8 de la mañana se aparcaron los coches en la Nevera de Alcudia de Veo (en la carretra que ve desde Alcudia a Algimia, a unos 5 kilómetros del primero, justo en un collado) y se dispusieron a caminar.

La Nevera es una construcción de planta circular utilizada en su día para el almacenaje de nieve, para luego extraer el hielo y venderlo en las poblaciones vecinas de La Plana.

De la zona de la Nevera sale una pista que, tras una suave bajada, comienza a ascender lentamente hacia el pico. En el kilómetro 1 se encontraron con una especie de cueva que se adentraba desde el lado del camino. Pensaron que era la cueva del Estuco pero en realidad no lo era. La cueva del Estuco estaba un poco más alla, no muy lejos, desviándose del camino.

Como la pendiente era muy asequible el grupo iba compacto y animado. Un poco más allá había una pequeña balsa (o un gran charco) al lado del camino. Ara aprovechó para pegarse un baño y ensuciarse de barro (recordemos, para los que no lo saben, que Ara es una perra). A la derecha, abajo del camino, se contemplaban magníficas vistas del barranco Malo y un poco más adelante, el barranco de Aguas Negras. El camino circulaba a la sombra de la mole del pico Espadan y nuestros senderistas caminaban a buen ritmo. 

A medida que el grupo iba acercándose al final de la pista, la ruta iba cogiendo altura. Cada revuelta hacía que los caminantes ascendieran 5 o 6 metros. Los alcornoques monumentales estaban por todas partes y algún Rayito ya sentía las piernas calientes.

En el Kilómetro 4 se llegó a un collado. Aquí el camino se dividía en dos. El principal, que bajaba hacia Aín y una pista en un poco peor estado que se enfilaba a la cumbre. Los esforzados Rayitos pararon un poco para beber y coger fuerzas y en seguida reenprendieron la marcha hacia arriba.

La pista continuaba la ascensión durante 600 metros y justo después se acabada. Ya casi no les quedaba montaña y lo empinado de la ruta ya no permitía casi ni que hubiera camino. Bruscamente, de la pista se pasó a una especie de senda de rocas. Mercedes que andaba con un poco de vértigo lo pasó mal, ya que el grupo tuvo que pasar por una ladera de rocas con una caída considerable a la izquierda.

A alguien le dió una pájara en toda regla. Sudores frios, fatiga general, debilidad muscular, hipoglucemia, mareos, y no sabemos si alucinaciones. Un poquito de descanso, Un poquito de aquarius y, como el final de la subida estaba cerca, un último esfuerzo y para adelante.

Después vino el trepar. Ya no había caida a la izquierda, ahora había caida detrás. Poquito a poquito nuestros senderistas subieron hasta la cresta de la pequeña sierra. Esta sierra va desde la peña Pastor (989m.) al vértice geodésico (1040m.) que está en la otra punta. Y en medio, el objetivo (1099m.). 

El grupo descansó en un pequeño claro plano en plena cresta. Para los que era su primara evisita al pico Espadán creían que lo peor ya había pasado. Y era casi cierto. De camino hasta la cima todavía había que subir un poco y trepar un poco más. El camino se complicó, pero con mentalidad huevona (poc a poc), hastá el último senderista consiguió hacer cumbre. Alguno andaba muy cansado y tuvo que sacar reservas de donde no las había.

La cima del pico Espadán es espectacular. Las vistas son impresionantes. Había una ligera bruma en la parte del mar y el Montgó (cabo de San Antonio) no se pudo ver, pero todas las montañas de la sierra Espadan cubiertas de vegetación, todos los pueblos desde Segorbe hasta la provincia de Teruel, Penyagolosa, Mollet, el Montí, el Bartolo y su sierra, toda la plana de Castelló y mucho más. En fin, se perdía la vista con tanta cosa a identificar.

Después de un descansito comenzó el descenso. Para esto se siguió una ruta distinta. En vez de bajar por la cara sur, se hizo por la norte (noroeste). Se sigue una senda que, después de bajar no sin cierta dificultad lo que antes se había trepado, va cresteando desde el pico al vértice gesodésico. Es una parte relativamente plana donde se puede disfrutar de la vegetación de pinos y alcornoques.

Una vez al final de la cresta el camino se vuelve muy empinado. Se baja por el medio de un gran bosque de pinos pero hay que hacerlo con cuidado para no dejar el culo en el suelo. A algún Rayito le pasó pero la caida no fue muy aparatosa. 

El descenso se hizo largo. Más de uno pensó que no era posible bajar tanto porque no se había subido tanto. Lo que pasó es que como la subida fue mucho más larga y ligera, parecía que no se habían ascendido tantos metros. Al final fueron 440 metros de desnivel acumulado. Nada exagerado ni para subir ni para bajar.

Como había senderistas más prundentes que otros, el grupo llegó a la Nevera, el lugar de partida, un poco disgregado. Al fueron cerca de 7 kilómetros de excusión donde hubo un poco de todo.

Durante toda la ruta nuestros senderistas fueron encontrando a bastantes personas que subían también al pico. Sobre todo durante la bajada, donde quizá esta senda sea de las más utilizadas por los excursionistas para hacer la ascensión a este lugar tan emblemático.

De la nevera rápidamente se cogió el coche para seguir con la siguiente fase de la excursión, la cerveza. Aprovechando que estaban cerca, el grupo Rayito fue a "gorrear" cerveza a casa de unos amigos en Artana. Allí se comento la ruta. La excursión había sido muy bonita y el tiempo acompañó. Ya nadie estaba cansado y se recordaba la "escalada" con cierto humor. El listón estaba cada vez más alto y alguno proponía, no se sabe si en serio o en broma, atacar cumbrers más altas, de esas que están en los alpas o del Himalaya. ¡Pero con espítitu Rayito, poquito a poquito!



miércoles, 22 de octubre de 2014

Al Bartolo por el pla de Muletes


La excursión que comentamos esta vez recorre dos de los múltiples caminos que que hay para subir al Bartolo desde el convento del Desierto de las Palmas. Esta vez se subió por el pla de Muletes y se bajó a medias por las crestas.

Esta ruta la hicieron Antonio, Ara, Carmen, Fede (Gps), Gilbert (Rayito), Julia, María y Rafa. Susana al final no pudo ir y envió un whatsapp a la 1:30 de la madrugada (o la gripe o la fiesta...).

La subida al Bartolo por la ruta elegida es bastante suave. Aún así, hay que subir obligatoriamente los 400 metros de desnivel, que no te los quita nadie. En el perfil se ve lo "suave" de la subida y lo "brusco" de la bajada.



Una mañanita de octubre los caminantes partieron del aparcamiento que hay en el monasterio del Desierto de las Palmas. A un par se les pegaron las sábanas pero no hubo que esperar demasiado. El día era bueno pero había mucha bruma.

Al principio nuestros senderistas tomaron la carretera del monasterio hacia Benicassim. Era cuesta para abajo y caminando tranquilitos por el margen izquierdo de la carretera como mandan las normativas de tráfico se llegó a la fuente de Sant Josep. Aquí ya se abandonó la carretera y se cogió la senda que lleva al Plá de Muletes. El camino es sencillo y bastante plano con lo que el grupo iba bastante cómodo.



Rayito tomo el mando del grupo acompañado por Ara, que inspeccionaba continuamente el terreno. GPS decidió cerrar el grupo. Antes de llegar al pla de Muletes, a la altura del primer cruce, el grupo advirtió a Rayito que GPS se había quedado descolgado. Se le esperó. Más tarde, en la tertulia de las cervezas, GPS comentó que él y Rafa se habían equivocado de senda, cosa natural en el carácter de GPS, pues su sobrenombre viene de esa capacidad especial que tiene de perderse en un metro cuadrado.

Una vez el grupo alcanzó el pla de Muletes ya llegó el momento de comenzar la auténtica subida. Se desviaron por una pista a la derecha y poco a poco la ruta fue cogiendo cambios de desnivel y nuestros senderistas empezaron a quitarse ropa e ingerir líquidos. Curiosamente la gente estaba muy animada y no paraba de hablar. Buena señal.

Situados a la altura de la caseta del forestal, en la senda de abajo, había que decidir si se iba al Bartolo por una pista más larga pero sin tanto desnivel o la clásica algo más dura. Nuestros caminantes sin ningún tipo de dudas optaron por la dureza. En ese mismo instante Julia comenzó a subir corriendo y terminó la ascensión a gran velocidad (sería consecuencia del aquarius que se había bebido al comenzar la subida).

A los pies del Bartolo, en lugar de la pista de cemento, se decidió remontar una pequeña y estrecha senda trialera que, aunque es muy empinada, acorta bastante el camino. Tranquilamente se subió sin ninguna incidencia, aunque las aliagas y el coscoll hicieron un buen trabajo "lijando" las piernas de nuestros senderistas. Antonio, que la vez anterior que fue se puso vaqueros para no rascarse las piernas, esta vez fué más confiado y llevaba pantalones cortos senderistas con lo que no tuvo protección adicional. 
Por fin el club Rayito hizo cumbre, y con los ánimos intactos. Ya bajando el Bartolo se cruzaron con bastante gente. Un grupo de ellos, "las chicas y algún chico del MIM", iban todos igualitos con su uniforme. María comentó el que el club Rayito no podía ser menos y tendrían que hacerse camisetas para aumentar su orgullo de grupo y para que la gente les pudiera identificar.

Después de contemplar las vistas y divisar todos los pueblos que se ven en la cara oeste desde allí arriba  (La Pobla, Cabanes, Useres, Vall D' Alba,...), se continuó por las crestas, donde el grupo se siguió cruzando con gente que iban en sentido contrario.

Nuestros senderistas disfrutaron caminando por sus queridas crestas hasta llegar al Caragol de Panxa. Antes de coronar esta cresta sale un camino a la izquierda que desemboca en la pista del Mas d'Huguet. Este fue el camino que tomaron nuestros senderistas. Esta misma senda forma parte de la "trail night Benicassim", carrera nocturna que se realiza a finales de septiembre y que la corren unos cientos de locos con el frontal en la cabeza para darse luz.

Ya en la pista del Mas d'Huguet giraron a la izquierda y después, en el siguiente cruce de pistas, a la derecha  De alli se dirigieron hacía el convento, caminando por la senda que esta en reconstrucción.

Es necesario comentar que, contra todo pronóstico, GPS, no realizó su famosa técnica "culatadas". Esta vez quien deleito al grupo con una doble "culatada" fué el Rayito. Pero todo se quedo en eso, solo con heridas en el amor propio.

Sin más incidencias se llegó al destino, donde esperaban los coches. Ahora llegaba el momento de la rehidratación. Todos fueron a tomar unas cervecillas y a comentar la ruta. La ruta gustó mucho, incluso Julia envió aplausos para los guias vía Whatsapp. Ya todos estaban deseando repetir.