lunes, 24 de noviembre de 2014

Al voltant de la Pedra de Borriol

La ruta que presentamos es super, super, super huevona y combina tramos de senda con pista y carretera.

Son casi 11 kilómetros de paseo por la montaña donde no hay demasiado desnivel de subida pero sí de bajada.

Los Rayitos que acudieron a esta cita fueron Antonio, Flama, Gilbert (Rayito), Kiko (L'innovador), María y Mercedes. El punto de partida fue la Pedra de Borriol, en la carretera de la Serra. La pedra está en pleno corazon de la Serra de Borriol y desde allí se pueden acceder a rutas bonitas por pistas y caminos.

Ese día los Rayitos tenían previstas dos posibles rutas. Una larga, de 11 kilómetros pasando por varias fuentes, y una corta, de 6 kilómetros y más sosegada. Nuestros senderistas andaban un poco remolones y se decidieron por la corta. 

Los caminantes comenzaron la ruta por la pista del GR-33 hacia el oeste y a los 100 metros se encontraron con una señal que indicaba una desviacióna la izquierda hacía el Pou del Portugués. Tomaron el devío y rápidamente la pista se convirtió en senda y se encajonó dentro del barranc de les ermites. Era pronto por la mañana, el camino iba bastante encajonado ewn el barranco y todavía el suelo estaba muy húmedo del rocío de la madrugada. El resultado es que hacía hasta frío, cuando en realidad se esperaba un día templadito.

El grupo llegó al Pou del Portugues, una fuente en medio del barranc de les ermites que suele tener agua (muy poquita). Esta vez pràcticamente no tenía pero alguna gota caía del caño, que estaba completamente cubierto de musgo. De allí los seneristas siguieron camino hasta llegar a un cruce. El objetivo primero era girar por la senda hacia la derecha para hacer la ruta corta (tal y como habían convenido), pero se aventuraron recto para ver la font de la teula, que estaba a un ratito de distancia. Gracias a esto se encontraron con un  rovellón al lado del sendero, grande y sano.

De repente, cuando se abre el barranco, justo arriba del Tossalet del Castellet había un cazador de pie, frente al cortado. Desde arriba nos dijo que un poco más abajo había batida de jabalí pero ya había avisado por radio que iban caminantes. También comentó que en el tossal de la derecha había un grupo de cabras. Nuestros senderistas las vieron. Antes era raro ver cabras por esos lugares pero ahora parece que lo invaden todo.

Con la prudencia huevona que caracteriza a los Rayito, éstos recularon y deshicieron camino para no tener que encontrarse con hombres armados y perros buscadores. Fueron a buscar el camino que les marcaba la "ruta corta". La senda que tomaron subía saliendo del barranco. No era una ascensión muy pesada, pero por lo menos se sudó un poquito. El día se estaba planteando muy huevón y por lo menos algo de ejercicio había que hacer.

El camino desembocó en una pista y de allí, tran un kilómetro largo, se volvieron a encontrar con otro cazador que estaba a la espera del jabalí. Era otra batida que estaban haciendo un poco más al norte. Los Rayitos no pasaron por donde la batida. Tomaron una pista a la deracha que llevaba directamente el mas de Flora. Las vistas desde el mas a la serra del Bartolo son impresionantes. Del mas de Flora sale una carretera que, tras un kilómetro, les llevó directamente a la Pedra, inicio de la excursión.

En teoría éste era el fin de la caminata pero la ruta había sido tan huevona que nuestros senderistas querían más. Al final dos del grupo bajaron los cohes hasta Sant Vicent y el resto hicieron la bajada andando por el GR-33. Los conductores también se apuntaron y desde abajo afrontaron la subida hasta encontrarse con el grupo de descenso. Los que ascendían sudaron bastante más que los que bajaban. Fueron 3,5 kilometros extras que, si bien no endurecieron la marcha, por lo menos dieron la excusa para poder tomarse las cervezas después sin remordimientos.

Por fín acabó la ruta y todos fueron a comenzar la siguiente fase, la de la reposición de líquidos. Con una cerveza en la mano se comentó la excusión. La ruta, con las idas i venidas por culpa de los cazadores, y el extra de la bajada de la Pedra a sant Vicent consiguió tener cierto encanto. Además estuvo el rovellón y la vista de las cabras, con lo que la excursión salió bastante redonda. Como parecía que los Rayitos empezaban a estar más fuertes, para la próxima se buscaría una ruta un poco más exigente (se comentó la vuelta a las Agujas o la subida al Morico, dos grandes clásicos del club). Se esperaría con ilusión.


sábado, 1 de noviembre de 2014

La cova de la Vila. La pobla Tornesa

La ruta que proponemos aquí es un bonito y corto paseo a la búsqueda de una gran cueva, la cova de la Vila.

El club rayito fue a investigar la cueva. Esta vez los senderistas fueron Clara, Fede (GPS), Gilbert (Rayito), Inma, Kiko (l'innovador), María, Marifé y Marisa.

Nuestros caminantes, sabedores de la poca longitud de la ruta, quedaron a las 11 de la mañana en La Pobla. Después de la caminata ya tenían asegurada una buena comida. Hubo sierto retraso a la llegada, que los tardones achacaron a Mercadona. Tampoco el retraso fue muy importante y la ruta comenzó más o menos a tiempo.

El grupo de excursionistas era bastante variado. Por un lado, experimentados senderitas rayitos, por otro niñas que según el animos corren o se cansan de momento y por fín una experimentadas "urbanitas" que con promesas de lo corto de la excursión habían sido "engatusadas" para acompañar al grupo.

Era el 1 de noviembre, día de todos los santos. Mientras mucha gente del pueblo se dedicaba a visitar el cementerio nuestros senderistas comenzaban a caminar desde el centro del pueblo. Recorrieron el carrer Cabanes hasta plaça del Raval, carrer Calvari y carrer de la Cova. La ruta de momento era plana y el sol no pegaba muy fuerte. ¡Un día perfecto!. El carrer de la Cova acabó y de allí salía una senda montaña arriba. Ahora el personal, que hasta ese momento no habá siquiera notado calor ni frío, comenzó a sudar con la subida.

Nadie del grupo había ido antes a la cueva ni había una ruta gps que seguir, así que la excursión se convertía en una pequeña aventura de busqueda de la cova de la Vila. Las sendas se iban mutiplicando y habia que investigar si realmente el camino elegido era el correcto. Por fin, tras unos minutos de duda, Marifé dijo "por allí hay un camino". Los caminantes subieron i allí estaba la cueva.

La cueva tiene varias entradas, pero sólo una accesible andando. El club Rayito tuvo suerte y esa entrada fue la buena. Incialmente se entra a una pequeña oquedad de la que, agachados, se llega a una gran sala. Realmente no hacen falta linternas ya que las otras entradas a la cueva dan suficiente luz para ver sin problemas.

Entonces el grupo sacó la cámara y comenzó a fotografiarse. No es normal entrar a una cueva con tanta facilidad. Estalactitas y estalagmitas habían pocas pero aun se conservaba una potente columna a la derecha al fondo. En interior de la cueva se notaba bastante utilizado lo largo de los años. Vivienda en la prehistoria, guardar ganado, esconderse cuando los bombardeos y las incursiones de la guerra y muchos más usos se le dieron a esta cueva. Su gran amplitud permitiría múltiples utilizaciones.

Una vez hechas la fotos de rigor y tras el pequeño susto de ver un murciélago molestado, el grupo salió de la cueva. Había mucha humedad dentro y se noto mejoría al salir. Ahora todo era cuesta abajo y se lllegó al pueblo sin dificultad (antes se busco un nuevo camino pero no fructificó la innovación). Se volvió al carrer de la Cova y de allí a la plaça del Raval. Los Rayitos, con el deber cumplido y viendo que era buena hora, dieron una vuelta por el pueblo. Primero fueron a la iglesia de sant Miquel  a admirar el retablo nuevo que tiene. La iglesia estaba cerrada y no se pudo. Dicen que en el retablo se distingue claramente a Santiago Carrillo y a la Pasionaria. Otra vez será. De allí callejearon hasta la fuente, volvieron a la plaza y ya, como era la hora, a hacer las brasas y comer.

Durante la comida se comentó la ruta. Fue lo suficientemente corta y fácil para que los "urbanitas" admitieran planificar una salida para otro día, y en este caso, con la cueva como premio, la ruta valió mucho la pena. Por supuesto hubo cerveza, vino y cava para recuperara la forma.

Picha aquí para ver la ruta.