domingo, 6 de septiembre de 2015

Figueroles. Cursa ibèrica 2015

La cursa ibèrica es una clásica dentro de Club Rayito. Desde el 2009 siempre ha ido un Rayito u otro a la carrera. Este año acudieron Dani, Fede (Gps), Fernando (Ferch), Kiko (innovador), Miquel y Manolo.

La cursa ibèrica son 17 kilómetros i pico de montaña muy corredores. Hay 2 subidas importantes y una bajada muy técnica. Aquí tienes el perfil:


Era un domingo de septiembre (siempre suele ser el primero o segundo) a las 8 de la mañana. 600 corredores (este año menos) tomaban la salida desde el centro de Figueroles. La carrera comenzaba por una vueltecita por el pueblo.

Una vez fuera del pueblo, para calentar los músculos, se sube al Tossalet, unos cientos de metros que ya te obligan a dejar de correr y asumir que "un huevón, caminando sube mejor". Dani ya se adelantó al grupo, detrás venían Kiko y Fernando, y para acabar, Manolo, Miquel y Fede. 

En el alto del Tossalet Kiko se enganchó un pie en una piedra y se pegó un tortazo contra el suelo. No fue nada. 

Después de bajar del Tossalet, la ruta gira a la derecha y se encamina nuevamente hacia el pueblo. Los paisanos de Figuerones siempre ha estado muy implicados con la carrera y, aunque eran las 8 y pico de la mañana, allí estaban para aplaudir a los corredores.

Una vez se pasa por segunda vez por el pueblo, la ruta ya se enfila hacia la primera montaña, el Castellar, famoso por su poblado ibérico. La subida no es muy larga pero si bastante dura. Un zigzag va subiendo y, para los Rayitos, que no se caracterizan por ir los primeros, la vista es muy bonita. Desde abajo se ve el camino zigzagueando hacia la cima de la montaña lleno de carreristas vestidos de colorines. Una bonita estampa.

La bajada desde el Castellar es suave. Fernando comenzó a apretar el paso. A él la gusta bajar y se le da bien (como a Dani y a Manolo). Tras pasar por un avituallamiento, el camino va más o menos llaneando hasta encontrarse con el verdadero desnivel de la carrera, la roca Naram, el punto más alto de la carrera. La ruta bordea la roca, de 664 metros de altitud y llega al siguiente avituallamiento, en el kilómetro 8,5, justo a mitad de la carrera. Algo de comer y hacia abajo.

El descenso es importante. Muy pedregoso y con un final muy resbaladizo y empinado. Para correr hay que saber bajar. Dani, Fernando y Manolo son los Rayitos especialistas. el resto se defiende más o menos.

Una vez finalizada la bajada la ruta va por una pista y prácticamente no la deja hasta el final de la carrera. Este es el momento de los corredores. Es cuando las diferencias aumentan entre los que tienen fondo y los que no. Dani y Fernando vuelan y el resto trota como puede o camina.

Tras varios kilómetros de llaneo la carrera baja hasta el río y después de una terrible subida de 100 metros llega la meta.

Esta vez lo Rayitos consiguieron el objetivo de llegar en menos de tres horas. Dani y Fernando consiguieron una marca de 2:12, Kiko 2:37, Manolo 2:47, Miquel 2:52 y Fede 2:54.

El Rayito del día fue, sin lugar a dudas, Fede. Las carreras de montaña siempre están perfectamente señalizadas de manera que es casi imposible que una persona se pueda despistar. Esta vez los organizadores no contaban con la especial sensibilidad de Fede, nuestro Gps. Tras el primer avituallamiento, Fede, que andaba eufórico y sobreexcitado por la velocidad que estaba imprimiendo a la carrera, se despistó y se metió por un camino equivocado. Inocentes, le siguieron Miquel, Manolo y otros carreristas. Menos mal que, tras algún centenar de metros de equivocación alguien les avisó y pudieron regresar a la ruta correcta, porque si no, aun hoy estarían dando vueltas por el término.

Una vez finalizada la carrera vino lo bueno (el auténtico objetivo del día). Las cocas de espinacas y de tomate estaban exquisitas. La tartas dulces también. La cerveza, sin control. Los Rayitos se situaron, como siempre, al lado del grifo de cerveza y comentaron sus sensaciones y las anécdotas del día. Los organizadores iban sirviendo cerveza y, como ya les conocían, justo antes de irse, les llenaron el vaso para el viaje. Agradeciendo la amabilidad, nuestros Rayitos se despidieron hasta el año que viene.

Así acabó Figueroles, una de las mejores carreras del calendario Rayito anual.

Pincha aquí para ver el track

sábado, 25 de julio de 2015

Circular pantano de Ulldecona - Fredes 2015


Una tropical mañana de julio de 2015 cuatro Rayitos salieron en coche de Benicassim con destino al pantano de Ulldecona para cumplir lo que ya casi era una tradición, darse un buen almuerzo en Fredes.

El viaje fue de una hora y media, pero el premio valdría la pena. Una vez pasada la pared del embalse justo cruzando el puente sobre el mismo, sale una pista a mano derecha. El coche lo aparcaron unos pocos kilómetros adentro por la pista, siempre bordeando el pantano.

Los Rayitos que participaron en esta ruta fueron Fede, Gilbert, Kiko y Manolo.

La ruta comenzó a las 8 de la mañana en el mas de Joan, en la zona dels Mangraners. El pantano estaba a tope de agua, que incluso rebosaba por la pared del embalse. Nuestros senderistas comenzaron con una temperatura ideal para caminar. Rondaban los 18 grados cuando en Benicàssim, lugar de salida del coche la temperatura a estas horas de la mañana ya casi llegaría a los 30.

Los primeros kilómetros de la ruta son por una pista forestal en bastante buen estado. Esta pìsta seguro que tuvo tráfico en su día porque hay puntos kilométricos, quitamiedos en las curvas y cosas así, pero el paisaje es totalmente salvaje.

A medida que nuestros Rayitos avanzaban por la pista unas sombras negras iban desplazándose por el suelo. Parecía que el camino tenía vida propia. Mirando con un poco más de atención, los senderistas se dieron cuenta que el suelo estaba lleno de pequeñas ranas, que iban saltando a lo largo del camino. Eran minúsculas y muy oscuras. Quizá la tormenta del día anterior les hubiera animado a pasar de renacuajos a animales de tierra. Era una especie de plaga que, a medida que el grupo se iba alejando del pantano y se ganaba altitud, fue desapareciendo.

El día se mantenía fresco y el camino era una gozada. No se veía a nadie (miento, un carrerista se cruzó con el grupo), y unos buitres sobrevolaban el terreno. El camino iba siguiendo el barranc de la fou.

Un poco más adelante, había que dejar el barranc de la fou para tomar a la izquierda el barranc del salt. El camino por este barranco va justo por en medio del mismo. Un poco más arriba estaba muy arreglado y, para evitar el que se descarnara más de lo que estaba habían hecho paredes y zigzags con lo que habían separado la senda del el lecho del barranco. Hacía muy poco tiempo que lo habían hecho oprque la tierra todavía estaba tierna.

La subida empezaba a pronunciarse y de pronto se oyó agua. Era el salt de Robert, que estaba cerca. Para ser la época del año en la que estabán (pleno verano) por el salt bajaba bastante agua. Igual era debido a las tormentas de los días anteriores.

Tras un momento de pausa y una cuantas fotos, nuestros caminantes siguieron la ruta. Gilbert y Fede empezaron a caminar y vieron una cabras muy de cerca. Los demás se las perdieron. En cuanto a la pendiente, ahora venía lo peor. 3 kilómetros de fuerte subida que Kiko y Manolo cogieron con ganas. Gilbert y Fede se acabaron quedando un poco atrás.

Los Rayitos se reagruparon arriba del todo, ya cerca de Fredes. La entrada al pueblo fue tranquila. Hacía bastante fresca. La gente de Fredes iba con "chaquetita" de manga larga (y pensar que en Castellón estarían ahora a más de 30 grados). Incluso los senderistas pidieron a los del bar que juntaran las ventanas para que no entrara la fresca.

El almuerzo, como no podría ser menos, fue de los buenos. Huevos fritos, panceta, longaniza, morcilla y chorizo. Todo regado con abundante cerveza. Manolo sorprendió al grupo sacando se su mochila un tarro de mollejas que había hecho el día anterior y la venía llevando desde el comienzo de la ruta. Estaban buenísimas.

Tras unos carajillos y chupitos se volvió a coger le marcha. Esta vez el camino ya era cuesta hacia abajo. Se llaneaba un par de kilómetros hasta el mas de Pixon, donde desde la era el paisaje era impresionante. Todo el praque natural de la Tinença del Benifassà a los pies de los Rayitos.

Una vez se pasa el mas de Pixon se continua la bajada y se llega a unos cingles con una bonita vista de una buitrera enfrente. Nuestros senderistas se entretuvieron un rato viendo como decenas de buitres entraban y salian de sus nidos en un alarde de maniobrabilidad y aerodinámica que estos grandes bichos dominan a la perfección.

El calor empezaba a acusarse. Todo el fresquito de las alturas había desaparecido a medida que se acercaban al embalse de Ulldecona. Por el camino se cruzaron con una joven pareja que andaban un poco perdidos y pronto llegaron al coche.


El grupo paró en la Sènia a tomar unas cervezas y después puso rumbo a casa. Los comentarios a la ruta fueron muy buenos, como siempre. Es una ruta muy salvaje y muy completa, con espectacular almuerzo en medio. La lástima es que se tarde hora y media de coche de aproximación. En fin, una tradición anual cumplida.

Pincha aquí para verla ruta




domingo, 7 de junio de 2015

El camino de Santiago 2015. De O Cebreiro a Santiago


Para cinco Rayitos, el año 2015 tocaba Camino de Santiago. Para casi todos los que iban era una ruta importante. Muchos llevaban 5 años haciendo el camino por tramos desde Roncesvalles y éste era el último. Por fin llegarían a Santiago. Los Rayitos que fueron eran Fede, Gilbert, Kiko, Toni Escrig y Toni Liñán.

La ruta son 154 kilómetros divididos en 6 etapas. Mira aquí e perfil de la ruta.



El lunes 25 de mayo de 2015 los peregrinos quedaron pronto por la mañana para ir a Valencia a tomar el avión a Santiago. A las 4:15 Fede empezó la recogida. Se llegó a Valencia y los Rayitos se pusieron a la cola de la facturación. Después de media hora en la cola les dijeron que no tenían que facturar, que fueran directamente a la puerta de embarque. Realmente había tiempo de sobra y daba igual esperar en la cola que en la puerta. Llegaron sin problemas.
A las 8:00 el avión aterrizó en Santiago. Fue un buen vuelo. Estuvo curioso porque la gente aplaudió al aterrizar. Parece que la confianza en los aviones ha bajado un poco en los últimos tiempos. En el aeropuerto una furgoneta esperaba a nuestros caminantes. Les llevó directamente a O Cebreiro, al comienzo de la aventura.

Se llegó a O Cebreiro a las 10:00. Sin pensarlo, los Rayitos corrieron a almorzar. Un trozo de empanada y casi todos cerveza. Desde las 4 de mañana estaban por el mundo y el estómago pedía alimento.

 

25-05-2015. Primera etapa (O Cebreiro - Triacastela) 21,10 Km.

 

Se comenzó a caminar con ganas. Hacía meses que esperaban este momento.
O Cebreiro – Liñares – Hospital de la Condesa – Padornelo.

Los Rayitos llegaron al Alto do Poio. No habían parado ni para beber agua. Éste es el sitio más alto del Camino con 1.335m.

Alto do Poio - Fonfría – O Biduelo. Aquí sí que pararon a tomar una cerveza. - Fillobal – Ramil – Triacastela.

Triacastela es el fin de la etapa del día. A la entrada del pueblo hay unos castaños milenarios impresionantes. Dos Rayitos se hicieron una foto con un supercastaño y alguien la bautizó como "Un castaño y dos castañuts". Eran más de las 3 de la tarde y, sin hambre, se pusieron a comer. Todos, pero sobre todo Kiko, se pegaron una comilona a 10€ el menu.

El lugar que tenían para dormir era digno. Se trataba de una casona, quizá la más grande del pueblo. Estaba regentada por una barcelonesa que vino a la aldea a olvidarse del trajín de la gran ciudad. Los peregrinos, cansado y hartos de comida, se pegaron una siesta necesaria, ducha y depués salieron a pasear. Cervezas y simpatía en a casa Fernandez (el bar del pueblo). Más birras y cena con un poco menos de simpatía en casa Esther. A las 23:00 ya era hora de dormir que al día siguiente había que madrugar.

 

26-05-2015. Segunda etapa. (Triacastela – Morgade) 30,10 km.

 

Quedada a las 7:00 para desayunar. Salida a las 7:30. A la salida de la aldea se pueden tomar dos caminos, uno corto y bonito y uno más largo que pasa por el monasterio de Samos. Como nuestros Rayitos no eran tan religiosos eligieron el corto y bonito. Esta etapa y la siguiente fueron rediseñanas por Gilbert para hacerlas un poco más largas (30 y 35 Km) y así ahorrar un día en el viaje.

Al poco de salir de la aldea Kiko encuentra su bastón. Un poco más adelante Gilbert encuentra el suyo.

A Balsa – Montán – Fontearcuda – Furela – Pintín.

En Pintín paradita para almorzar. Bocadillos gigantes que según el del bar se dejan comer bien, junto con cervezas. Tras una hora de almuerzo se sigue la ruta. Los peregrinos no dejaban de pasar a nuestro lado con su famoso “buen camino”.

Pintín - Calvor - Aguiada – San Mamede do Camiño – Sarria.

Sarria es una ciudad grande, la cruzamos y pasamos por la iglesia para cuñar el librito. En el libro de visitas escribimos “Los Rayitos pasaron por aquí”.

Sarria – As Paredes – Vilei – Barbadelo – Mercado da Serra – Leiman – Morgade.

Morgade. Final de etapa. Morgade es una mini aldea con cuatro casas, de las cuales una muy cuidadita hace de hostal. Allí comimos. Muchos caminantes pararon en Morgade. Entre ellos había una pareja de Castelló y un grupo de italianos que desde entonces ya fuimos viendo todos los días hasta el final del camino.

No hubo siesta. Ducha, descanso y a tomar cervezas. Los Tonis, como no habían caminado bastante por la mañana :), dieron una vuelta por los alrededores. El resto se relajó. A media tarde la fuente de delante del hostal de llenó de vacas que volvían a casa.

El chico que llevaba el hostal era muy enrollado. Era de Alicante y hablaba varios idiomas. La cena fue ligera para unos y un poco menos para otros (chuletón y gin-tonic). Después a dormir.

 

 

27-05-2015. Tercera etapa. (Morgade – Palas de Rei) 35,60 km.

 

Los Rayitos quedaron a desayunar a las 7:00. Se esperaba una ruta dura (35 km). Salieron de Morgade mientras el hostal dormía. Les habían dejado una puerta abierta. Salieron con el estómago vacío, ya que había que andar un par de kilómetros hasta Ferreiros para encontrar un sitio abierto para desayunar. El desayuno fue rápido.

Ferreiros – Mirallos - A Pena – Mercadoiro – Moutrás – Vilachá – Portomarín.

En Portomarín el camino cruza un espectacular rio Miño, en medio del embalse del Belesar, que sepultó al primitivo Portomariín en 1963. Cruzaron el gran puente y subieron las escaleras del pueblo (que después vieron que no hacía falta subir). Después de bajar por otro camino los rayitos se metieron por un puente de hierro en bastantes malas condiciones que estaba prohibido cruzar (tenía unas cadenas que impedían el paso) y que daba un poco de “yuyu” con las planchas de hierro oxidado moviéndose a sus pies.


Una vez cruzado el puente de hierro llegó una subida importante. Durante un par de kilómetros el camino iba cogiendo altura. Después, una vez en lo alto, había que seguir una pista aburrida y calurosa al lado de la carretera. 

Era la hora de almorzar y no encontraban un sitio. Después de 8 kilómetros andando sin cruzarse con un lugar civilizado para comer algo, por fín llegó Gonzar, con un flamante bar donde los peregrinos tomaron un trocito de bocata y una cerveza. Estaba lleno. Si alguna vez alguien quiere poner un negocio que no falle, que ponga un bar un kilómetro antes de Gonzar por el camino. Seguro que lo acierta.

Gonzar - Castromaior - Hospital de la Cruz - Ventas de Narón - Ligonde - Airexe - Portos - Lestedo - y por fin Palas de Rei, final de a etapa. Una ruta muy larga.

Realmente al llegar a Palas de Rei tras un montón de kilómetros andados, nuestros caminantes no estaban cansados, simplemente estaban hasta los cojones de andar, que es distinto. Según el GPS fueron 34 kilómetros y 840 metros, 8 horas y 17 minutos, 46.700 pasos, tres cervezas, una clara y los pies doloridos. Este fue el coste de un día de ruta.

Llegaron al albergue San Marcos de Palas de Rei a las 15:30. Toni Liñán, el correcaminos del grupo, había hecho una escapada a mitad de camino y llegó una hora antes. Había preguntado por un sitio para comer y ayudó a agilizar la comida. Se dejaron las mochilas, una cerveza y corriendo fueron todos a comer.

En la comida se encontraron con un grupo de uruguayos que también hacía el camino. Entre ellos estaba el cardenal Sturla, un tipo importante de la iglesia. Buen rollito y foto conmemorativa. A estos chicos se los fueron encontrando ya durante todo el resto del Camino.

Después de comer hubo una siesta importante, lavadora y secadora en el albergue. A las 20:00 los Tonis fueron a ver al cardenal a misa. Luego cena suave (con pulpo) y a dormir. En el albergue se consiguió ver el primer grupo de coreanos-japonenses, un antojo que llevaba  alguno de los Rayitos desde el comienzo del viaje. La edad media de los turistas rondaba los 60-70 años. 

 

28-05-2015. Cuarta etapa. (Palas de Rei - Arzúa) 28,80 km.

 

A las 7 salida. Se preveía un camino cómodo. Fede se olvidó de poner el GPS 3 kilómetros pero cuando se dió cuenta lo puso rápidamente. Al poco de comenzar a caminar nuestros peregrinos se volvieron a encontrar con el grupo de uruguayos. Se dijeron la palabras mágicas del Camino: "buen camino" y a seguir. Poco a poco el Camino ya se iba llenando de gente conocida. El grupo de caminantes que iban más o menos juntos comenzaba a componerse de personas a las que no era la primera vez que se veía. O habían dormido en el mismo pueblo o se les había visto el día anterior.

San Xulián do Camiño - Pontecampaña - Casanova - O Coto - Leboreiro - San Xoán de Furelos - Melide.

Antes de llegar a Melide se pasa por un bonito puente y una pequea ermita que se puede visitar (y cuñar el librito del Camino).

Una vez en Melide es típico comer pulpo. Nuestos Rayitos fueron a una pulpería (por recomendación de una persona de Palas de Rei) distinta de la típica. La típica es la "Ezequiel" y a la que fueron es la anterior. Un camarero cubano era el encargado de camelar a los turistas y, como no, engatusó a los nuestros. Un gran plato de pulpo y carajillo especial. 52€ de turismo gastronómico. Caro pero de excelente calidad. Luego siguieron ruta.

Boente - Castañeda - Ribadiso da Baixo, con otro bonito puente - Arzúa.

Esta etapa acaba siendo bastante tocapelotas. Muchas subidas y bajadas fueron haciendo merma en el grupo. Joselu, un amiguete que conocieron en Morgade acabó bastante reventado. Este día los Tonis iban de hotel y el resto de albergue. A éstos últimos les tocó una especie de zulo de 8 metros cuadrados con una litera, una cama y baño incluido. Realmente no era incómodo si nadie se movía y se mantenía en su cama, pero como dos quisieran hacer algún movimiento a la vez, era imposible

El amigo cardenal y su grupo estaban también en el albergue. Nuestros peregrinos dieron un paseo, cervezas y a dormir. A la llegada al albergue los uruguayos acababa de dar una pequeña fiesta con gaitas y cantos incluidos. No hay nada como ser príncipe de la Iglesia para que te cuiden en las parroquias.

 

29-05-2015. Quinta etapa. (Arzúa - Pedrouzo) 19,10 km.

 

Como de costumbre, a las 7 a desayunar. Esa mañana hacía un fresquito perfecto para caminar así que la marcha comenzó rápida. La ruta era corta con respecto a las anteriores y no se esperaba mucho cansancio.

Arzúa - Preguntoño - Taberna Vella - Calzada - Calle - Salceda.

En Salceda parada a almorzar en un bar de una hippies andaluzas a las que cayeron bien nuestros Rayitos. El techo estaba lleno de camisetas dadas por peregrinos y todas las paredes pintadas con graffitis de rotulador. Muy buen rollo. Bocata de tortilla de jamón y pan con tomate. Espléndido.

Toni Liñán, la liebre del grupo salió despues del almuerzo disparado hacia el fin de etapa, para preparar el terreno, ver sitios para comer y demás labores de intendencia. Todo un detalle.

Salceda - O Empalme - Santa Irene - A Rúa - Pedrouzo.

Al final llegaron superpronto, a las 12:30. La habitación de la pensión era super grande, más aun comparada con la del albergue del día anterior. Las chicas que llevaban la pesión era supermajas. Se extravió la mochila de Kiko y, hasta que no la encotraron no pararon. Muy bien. La comida fue en el restaurante de delante. Fabada y demás platos calóricos, a un precio de 10€ el menu. Una vez más se compartió restarurante con el cardenal y sus compatriotas. Gilbert fue con un amigo de la empresa a comer y volvió a media tarde.

La siesta fue de escándalo. Después un paseo por la aldea (aldea pequeña = paseo pequeño)  que remataron en la iglesia donde, como no, oficiaba la misa el cardenal uruguayo. A los Rayitos ateos no les cayó un rayo por entrar en la iglesia. Esta prueba de entrar en una iglesia era imprescindible para cuando llegaran a la catedral de Santiago, para ver si podrían entrar. Una vez acbada la ceremonia llegaron las cervezas, el picar algo y el dormir.

 

30-05-2015. Sexta etapa. (Pedrouzo - Santiago de Compostela) 20,00 km.

 

A la 7 a desayunar y a las 7:30 comenzó la marcha.

Pedrouzo - San Antón - Amenal - Cimadevila.

Llegaron a la valla del aeropuerto de Lavacolla, toda llena de pequeñas cruces de madera. Parece que es típico que los peregrinos pongan cruces de palos de madera entrelazadas en la valla del aeropuerto. Aquí las cosas que hace un caminante se pueden transformar en tradición y hacerse grandes, grandes.

San Paio - A Esquipa - Lavacolla - San Marcos - Monte do Gozo.

En el monte do Gozo nuestros peregrinos se hicieron unas unas fotos y tomaron una cerveza. De allí ya iba todo cuesta abajo hasta Santiago. Una vez se llegó a la ciudad llevó bastante rato llegar a la Porta do Camiño. La ciudad se va haciendo grande y los barrios crecen, De allí, ya por la parte vieja (casco antiguo todo de piedra) hasta la plaza do Obradoiro, donde está la catedral, se tardó unos minutos.

El ambiente era perfecto. 12:30 del mediodia, lleno de gente, en su mayoría peregrinos. La ciudad vivía, como todos los días, la entrada de peregrinos con la euforia de acabar un camino, una ruta, una carrera o un sendero espiritual, una experiencia. En fin, una meta.

El resto del día y el día siguiente se dedicaron a relajarse, conocer el entorno, comer beber y salir de fiesta un ratito.

 

LAS CLAVES DEL CAMINO 

 

Para entender el camino de Santiago hay que conocer las claves que lo envuelven. Estas claves varían según sean los caminantes que hacen la peregrinación. Porque no hay un solo Camino, hay un Camino por cada persona o grupo que lo hace.

Aquí mostramos las claves del Camino de Santiago que hicieron los Rayitos.

 

La señales

 

Quien haya hecho el camino o parte de él conocerá sin duda la famosa flecha amarilla que hay qie seguir para no perderse. Se trata de una flecha hecha con pintura amarilla y que puede aparecer sobre cualquier superficie. Un árbol, una pared, la carretera, un papel, un poste, una señal de tráfico, etc... La verdad que queda bastante chapucero pero es bueno para tener "encarrilados" a los peregrinos y que no se pierdan.

También existen los mojones kilométricos (cada uno o cada medio kilómetro ya cerca del final) que van indicando cuánto falta para llegar al final del camino. En medio del camino, andando a solas, es un entretenimiento ir viendo el punto kilométrico para saber cuando termina la etapa, la hora que es y el cansancio que se lleva encima.

Un tema curioso relacionado con los mojones o cualquier otro tipo de señal del camino son las piedrecitas que se van acumulando encima o a su alrededor. Los peregrinos quieren hacer suyo el camino colaborando en esas montañitas de piedrecitas que van indicando la dirección. Todo el Camino está plagado de montoncitos de piedrecitas. Se podría decir que una piedrecita va llaando a otra hasta que se consigue un volumen lo suficientemente grande como para llamarse montón. Entoces el montón va creciendo y aparece otro un poquito más allá. La gente va dejando también otros detalles. Flores, papelitos, fotos, piedrecitas de colores, etc. ya sea por alguna promesa, por espiritualidad, o por puro frikismo.

 

Los bastones

 

Se dice que una persona no elige un bastón. Es el bastón el que elige a la persona. Sobre todo si el bastón en cuestión es un palo recogido del monte. Una persona sin bastón sigue siendo una persona pero un trozo de palo en el suelo sin una persona no es un bastón, es un trozo de palo en el suelo.

El más intersado en ser recogido del suelo, limpiado, "tuneado", protegido y ciudado es el palo y por eso espabila para parecer atractivo al lado del camino.

Esto más o menos les pasó a los Rayitos. Gilbert y Kiko recogieron sendos palos e hicieron dos bastones para que les acompañaran en el camino. El problema es que los flamantes nuevos bastones no sabían que los Rayitos son bastante inconstantes. Gilbert perdió el suyo a la primera de cambio y Kiko al cabo de un par de días. Después Kiko se agenció otro que sí que duró hasta Santiago, pero allí se quedó por no poder subir al avión.

En definitiva, tres palos fueron bastones por unos días para luego volver a ser palos. Ojalá otros peregrinos hayan vuelto a dejarse seducir por los encantos de estos palos para poder seguir su vida de bastones.

 

El cardenal

 

No todos los días se conoce a alguien importante. En el caso de los Rayitos y el Camino, éstos fueron acompañados casi todo el camino por un grupo de uruguayos entre los que estaba el cardenal Daniel Sturla, un salesiano que ha hecho una carrera meteórica dentro de la Iglesia y en pocos años ha pasado de ser un simple cura a cardenal.

El grupo eran unas 20 personas que se conocieron de pequeños en el colegio y que, ahora que eran ya mayores, hacían viajes y comidas y cosas así para reunirse y verse. Ya hacía años que habían planificado hacer el Camino de Santiago y, cuando se enteraron que Daniel era ordenado obispo pensaron "éste ya no vendrá a Santiago". Y encima, cuando se enteraron que fue nombrado cardenal pensaron de nuevo "ahora ya seguro que no viene". Aún así nuestro cardenal cumplió su compromiso y fue a hacer el Camino, cosa que revolucionó a todas las parroquias del trayecto, incluso la de Santiago de Compostela que celebró una misa del peregrino multitudinaria con pleno de jefazos de la Iglesia el domingo de su llegada.

 

La comida

 

Como en toda Galicia, la comida del Camino es una gozada. Existe siempre un menu del peregrino muy completo y recomendable que vale de 8€ a 10€. Callos, fabada, caldo gallego, garbanzos, churrasco, etc. En el caso de las cervezas, éstas son algo más caras de lo normal. Quizá se aprovechan un poco de la sed pero en cambio son muy benevolentes con el hambre del peregrino.

Nuestros Rayitos comieron de menu y picaban algo para cenar. Así salvo el último de día en Santiago en que se metieron una buena mariscada.

 

El negocio

 

El camino es un río de gente que va pasando de pueblo en pueblo sin mirar atrás. El peregrino va dejando dinero allí por donde pasa. Tiendas, souvenirs, camas, restaurantes, supermercados, bares, etc. salpican el camino buscando satisfacer las necesidades de los turistas caminantes.

Un negocio curioso es el de los "mochileros", empresas superorganizadas que se dedican a transportar las mochilas de los peregrinos de pueblo en pueblo mientras que éstos caminan más descansados. Es posible que parezca que esto es hacer trampas pero la verdad es que los "mochileros" han abierto la puerta de acceso al Camino a mucha gente que sin ellos sería incapaz de haberlo hecho,

 

Dormir

 

El Camino está lleno de albergues, pensiones, hostales y hoteles para todos los gustos y economías. Se puede dormir desde unos pocos euros.

La experiencia Rayito fue variada. Desde un albergue a 10€ la noche hasta una pensión-apartamento a 25€. Las personas que regentaban los establecimientos eran muy majas, acostumbradas a tratar con clientes caminantes. En Morgade, por ejemplo, el del hostal era un chico de Alicante que se había ido a vivir a una aldea perdida de Galicia. En Triacastela era una chica de Barcelona que buscaba paz, y el resto eran autóctonos. Tanto unos como otros trataron y consiguieron siempre hacer pasar una buena estancia a nuestros Rayitos.

 

El espíritu

 

Cada uno hace el camino por una razón. Por religiosidad, deporte, espiritualidad, conocer gente, cumplir una promesa o púramente por turismo.

En el caso Rayito el espíritu del viaje se podría definir como que era turístico, a la vez que deportivo, aunque las largas horas de camino a solas daban su toque de espiritualidad al asunto.

Al final todo se mezcla, da igual el motivo por el que se comienza el Camino. Poco a poco se van mezclando las sensaciones hasta que al final se han unido motivos que al principio ni siquiera se tenían en la cabeza.

 

Las etapas

 

Aunque los peregrinos pueden hacer el Camino de la forma en la que más les convenga, éste se suele estructurar en etapas de alrededor de 20 kilómetros. Existen unas etapas estándar que paran en los mismos sitios y están en todos los libros de Camino. Los Rayitos, con su afán deportivo, fueron más chulos que nadie y programaron las etapas más largas. Las suyas rondaron los 30 Km. diarios, cosa que se agradeció por ahorrar un día pero se sufrió porque al final ya no era cansancio físico lo que se tenía de tanto andar, sino que era cansancio mental.

 

Los japonenes-coreanos

 

Los Rayitos (algún Rayito) tenía curiosidad por ver la extranjería que rondaba por el Camino. Sobretodo las razas más exóticas para ellos, como podían ser los japonenes o los coreanos. Al principio de este tramo de Camino, o sea, entre O Cebreiro y Sarria, no se encotraron muchos asiáticos, aunque sí italianos, americanos o australianos. Es en Sarria donde el número de asiáticos se multiplicó por mucho. Sarria marca el límite desde el cual ya te pueden dar "la compostelana", que es el certificado de que se ha hecho el Camino. Y como los coreanos o japoneses viven muy lejos y tienen pocas vacaciones, se supone que ajustan sus días de Camino para conseguir su premio en el menor tiempo posible (pensamos).

En la época en que nuestros peregrinos hicieron el Camino, había pocos españoles haciéndolo. Casi todos eran parejas de europeos o americanos mayores. También bastantes grupos o parejas de chicas. Como siempre, mucha gente sola. Y la mayoría de todos ellos de una edad importante. Se imagina que cuando el verano estuviera un poco más introducido, la edad media bajaría y la concentración de españoles subiría de manera importante. 

 

Los bosques 

 

Para unos visitantes de la zona mediterránea como los Rayitos la visión de los bosques gallegos impacta bastante. Grandes robles o castaños milenarios pueblan los caminos con una naturalidad que hace pensar que allí la flora europea está a a salvo de la degradación humana.

Hay tramos del Camino que la ruta se adentra por pequeños o grandes bosques de robles todos tapizados de helechos donde da gusto caminar. Parece como si en cualquier momento una familia de gnomos te cruzaría por delante corriendo a esconderse. Mucha humedad y muchos riachuelos.

A medida que uno se adentra más hacía la civilización los bosques cambian, aún sin perder su encanto. Plantaciones de pinos y de eucaplitos van formando parte también de la vegetación. Seguramente a nivel ecológico esto puede resultar dañino pero el ambiente sigue siendo bonito. Seguramente deberíamos usar menos papel y menos madera pero los valores espirituales y románticos de una ecología bucólica enseguida se estrellan en la pared de la sociedad de consumo (ha quedado como una reflexión cursi pero la cosa va así). 

 

El librito de cuñar

 

No se si se ha comentado antes, pero el Camino se está convirtiendo un poco en un parque temático donde el caminante sólo se tiene que preocupar de andar y pagar, que la gran maquinaria asociada al paqrue ya te provee de lo necesario para cubrir todas tus necesidades.

Una prueba clara de esta transfromación en parque temático es el libro del caminante. Un folleto donde cualquier establecimiento por el se que pasa te va sellando para así demostrar que has pasado por donde tienes que pasar.

Este sistema de cuñar se ha copiado (quiero pensar que el primero fue el Camino) en los más prestigiosos parques temáticos del mundo, desde la Warner a la Disney, para así tener un recuerdo impreso de tus experiencias en las instalaciones de parque.

Al final del Camino, en Santiago, te revisan los cuños de librito y, si has hecho bien los deberes, te dan tu falmante "compostelana" para que enmarques y la enseñes a tus nietos.


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