domingo, 29 de diciembre de 2013

Subida al mitológico Tossal Gros

El Tossal Gros se ha hecho famoso gracias a una novela de Josep Pasqual Tirado, "Tombatossals", donde crea todo un mundo mitológico alrededor de la ciudad de Castellón.

Tombatossals es un gigante bueno que con la ayuda de sus amigos hace posible la fundación de la ciudad de Castellón de la Plana. Nace fruto del amor entre la Penyeta Roja y el Tossal Gros durante una fuerte tempestad producida por Bufanúvols a petición de la gran montaña (un ligón de cuidado). En aquella tempestad, todos los vientos excepto la Tramuntana por alocada y peligrosa fueron convocados, y se arremolinaron en el cielo descargando una tormenta que arrastró una gran cantidad de piedras montaña abajo, hacia el valle que les separaba. Del montón de piedras se levanta, con los primeros rayos de sol, su querido hijo Tombatossals, que como su nombre indica, tenía la fuerza suficiente para levantar o tumbar las montañas.

Pues precisamente a ese sitio ha acudido el club Rayito para ver en vivo y en directo el lugar de los hechos. El tema de aquella mítica tempestad lo podemos ratificar, el Tossal Gros y alrededores está lleno de piedras sueltas.

La ruta la hicieron Susana, Gilbert (Rayito de Voramar) y Kiko. Tenía que venir un tercero, que además cogía el coche, y a última hora (30 minutos antes de salir) se rajó poniendo como excusa su talón averiado. Otra vez será.

Aunque no se sube mucho (El Tossal Gros no llega a tener 400 metros de altura) las rampas son empinadas y algo exigentes.

Los senderistas quedaron tempranito y aparcaron el coche al lado del sanatorio de la Magdalena. Cogieron el camino que atrviesa el pinar que hay al lado del hospital. La senda va a buscar la cresta de la loma y, siguéndola, se va acercando poco a poco hacia el Tossal Gros. El tipo de terreno favorece el que haya piedras sueltas y el camino, aunque no es complicado, no era muy cómodo para los caminantes.

El día era claro y, a medida que se realizaba la ascensión, las vistas de la Plana de Castellón eran fantásticas. Las islas Columbretes se veían con extraordinaria nitidez.

No hacía demasiado frio pero el vientecito que soplaba era un poco desagradable. La ruta tiene tres rampas que, aunque son cortas, son lo suficientemente empinadas, como para sudar. Así que se entró en calor más o menos rápido.

En esta ruta se ataca la cima del Tossal Gros dos veces, una por la cara sur y otra por la cara norte. Una vez en la cima del Tossal, nuestros senderistas bajaron hacia una cantera y, sin llegar a ella, tras dar un pequeño rodeo volvieron a subir a la cima. Las vistas desde la cima sobre el desierto de las Plamas son privilegiadas.

La vuelta se realizó par el mismo camino que se había seguido en la ida. Ahora las rampas eran de bajada y, con tanta piedra suelta, casi costaba más bajarlas que subirlas. Estas bajadas son muy delicadas, y recuerdan el movimiento de piedras que causó la tempestad y propició el nacimiento del gigante Tombatossals.

Como los senderistas del club Rayito son unos expertos huevones (y huevonas), se caracterizan por una prudencia avalada por la poca velocidad que desarrollan en sus rutas. En aquellas peligrosas bajadas no se produjo ninguna caida ni percance, pero Susana, que quería llevarse un recuerdo del track, cuando el camino era plano y ya no había ningún peligro, tropezó y aterrizó con la cara. Nada grave pero un par de moraduras le recordarían durante unos días los peligros de la montaña.

Sin otro percance reseñable, los caminantes bajaron al pinarcito que era el final de la ruta. Volvieron a Castellón y les costo un poco encontrar un bar con terracita al sol. Lo consiguieron y se tomaron unas cervecitas y comentaron las sensaciones de la marcha, que habian sido buenas. Quizá una ruta tan corta supo a poco y se podría haber combinado con alguna otra senda y haberla hecho un poco más larga. Pero lo que está bien, está bien y la cerveza también tiene que tener su espacio en el club.


Picha aquí para ver el track



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