martes, 12 de agosto de 2014

Del pantano de Ulldecona a Fredes

La ruta que presentamos hoy entra en la categoría de "rutas perfectas", tanto por su recorrido circular, su paisaje, el almuerzo y el clima que tocó el día en que se hizo.

El recorrido comenza en la cola del pantano de Ulldecona, llega hasta Fredes y después vuelve al pantano por otro camino. El día en que el club Rayito hizo la ruta el GPS no fue muy bien, así que no hay que fiarse demasiado del perfil que sale ni de los kilómetros que marcan. En realidad son 16,8 Km.



Esta ruta la hicieron Dani, Gilbert, Kiko y Manolo. Era un día de agosto y nuestros campeones andaban un poco asustados por el calor que iban a pasar durante la excursión. Aunque la ruta discurra entre los 500 y los 1.000 metros, la calor del verano no se puede esconder. La previsiones meteorológicas daban nublado y eso tranquilizó un poco los ánimos.

A las 7 de la mañana partieron en coche desde Benicàssim hacia el pantano de Ulldecona. A la altura de Vinarós ya se veian cortinas de agua a lo lejos. Se puso a llover sin contemplaciones y los senderistas pensaron que no podrían hacer la ruta y que tendrían que pasar directamente a la fase del almuerzo (no se podía volver a casa de vacío). Pero una vez en el pantano dejó de llover y ya no hubieron excusas para no caminar.

En la carretera que va de la Sènia a la Pobla de Benifassà, una vez se pasa la pared del pantano y un puente, sale una pista a la derecha que va recorriendo el embalse. Cuando la pista se divide en dos, en el paraje conocido como els Magraners hay que dejar el coche. Allí comienza y acaba la ruta.

El día estaba completamente nublado y la humedad era total. Hacía calor pero era perfectamente soportable. De un terrible sol de agosto a un día nublado y húmedo, el grupo se quedaba con la segunda opción. La ruta discurría inicialmente por una pista de tierra que iba bordeando un barranco que desagua en el pantano, el barranc de la Fou. La pista iba cogiendo altura muy poco a poco. 

En un árbol al lado de la pista había un águila bastante grande. Se asustó al paso de los senderistas y voló a otro árbol cercano. De allí volvió a hacer un vuelo corto en cuanto los caminantes se acercaron. Debía tener el nido cerca porque en ningún caso se alejó demasiado. Se notaba que los senderistas estaban dentro del parc natural de la Tinença de Benifassà, la naturaleza brillaba en todo su esplendor. A derecha e izquierda las grandes montañas empezaban a aparecer y el barranco las iba sorteando. La Punta del Solà d'en Brull (casi 900 metros) dominaba el paisaje.

El GPS no funcionaba muy bien, de vez en cuando se "quejaba" diciendo que los caminantes se habían salido de la ruta. En algún momento hizo dudar a nuestros senderistas pero la verdad es que la ruta tiene poca pérdida ya que las sendas están en muy buen estado y no hay que tomar muchos desvíos.
Al kilómetro 2 el grupo tomó un desvío (señalizado) a la izquierda y se adentró en el barranc del Salt. el camino seguía siendo una pista y el paisaje cada vez se encañonaba más. Hacia el kilómetro 5 se pasó por el lado del refugio de la Tenalla y un poco más adelante se acabó la pista y comenzó el camino. La pendiente empezaba a notarse y por fin se llegó al salt de Robert. Esta espectacular cascada pasa justo por el lado del camino. Aún caía agua (poca). Para ser el mes de agosto de un año especialmente seco no deja de ser extraño que el salto todavía lleve agua.

Tras las fotos de rigor el grupo continuó camino. Aquí venía lo bueno. La pendiente se volvió muy fuerte y los músculos empezaron a tensarse. No había prisa pero, como buenos Rayitos, nuestros senderistas afrontaron el reto con ganas (huevonas, pero ganas). El ritmo era tranquilo pero constante y, aunque no llovía, las camisetas estaban totalmente mojadas. En parte por el sudor del esfuerzo pero en mayor parte por la gran humedad del ambiente.

Por fin se llegó arriba y allí estaba Fredes, esperándonos para el almuerzo. Nuestros campeones se cambiaron las camisetas, que estaban totalmente mojadas y se dispusieron a disfrutar de un almuerzo Rayito. Varios litros de cerveza, pimientos fritos, longanizas, pancheta, huevos fritos, carajillo y chupito. En resumen, un festival.

Una pareja de senderistas que llegaron más tarde por poco compran las camisetas de nuestros caminantes. Se creian que estan expuestas para la venta, y lo que realmente estaban es "expuestas para secarse".

Una hora más tarde, con el estómago lleno y el espíritu alegre, los Rayitos se dispusieron a hacer el camino de regreso. Una niebla espesa se había apoderado del paisaje y se notaba hasta cierto fresquito que se agradecía.

El camino de vuelta es un poco distinto. Es todo senda y se pasa por el Portell de l'Infern. Las vistas son espectaculares  porque el camino discurre a más altura, pero nuestros senderistas no tuvieron suerte. Caminaban dentro de una nube y no pudieron disfrutar de ver el Portell ni el resto de maravillas que tenían cerca. Pasaron por unos, cingles, unos abrigos supergrandes y descendieron suavemente hasta el punto de partida.

Al llegar al coche ya llovía abundantemente. Se tuvieron que cambiar la camiseta otra vez y secarse más o menos. Volvieron a ver a la pareja de excursionistas que habían visto en Fredes, que iban caladitos de arriba a abajo y que todavía les quedaba un trecho hasta el Molí de l'Abat, donde estaban hospedados. Se les ofreció llevarlos pero quisieron acabar andando bajo la lluvia.

En definitiva, una ruta completa, con almuerzo a mitad de camino. Ideal para el estilo Rayito. Se comentó en transformar la ruta en un cásico para hacerla todos los veranos. La verdad es que vale la pena intentarlo.
Sólo una cosa no se consiguió. Con la plaga de cabras que hay en la zona, no se pudo ver ni una. Otra vez será.

Aquí dejamos el track de la ruta. La verdad es que la GPS no funcionó muy bien y se perdía de vez en cuando. Si quieres bajárte el track y seguirlo no cojas éste. Hay muchos en el wikiloc.com que están bastante mejor.






No hay comentarios:

Publicar un comentario