sábado, 2 de noviembre de 2013

Subida al pico Penyagolosa

Esta Ruta la hicieron Fede, Rayito de Voramar (Gilbert), Kiko, Joan y Marce. Estos dos últimos son una pareja de amiguetes de Vilafranca del Penedés.

El perfil de la ruta es de los de "subir y bajar", pero con lo emblemático del sitio se sufre poco subiendo.


Salieron de Sant Joan a las 9 de la mañana y enfilaron el barranc de la Pegunta, La verdad que este barranco lo han hecho muy civilizado y muy educativo. Hay muchos paneles explicativos de la flora autóctona. De la font Nova salía bastante agua, que bajaba unas decenas de metros por el cauce del barranco hasta que se perdía. El nombre de Pegunta le viene al barranco por el muérdago que parasita sus pinos. Antiguamente de las bolitas de muérdago se extraía una pasta viscosa que se recolectaba y se comercializaba como visco.

A la salida del barranco, nuestros senderistas no buscaron el cierre de la finca y tuvieron que pasar arrastrandose por debajo de los cables electrificados. Ya una vez en el pla de dalt, Fede, que iba sobrado de fuerzas (sale a correr entresemana, no como otros) se brindó a hacernos de guia, con el consiguiente riesgo para el resto del grupo. Por suerte no hubo problemas ya que sólo había un camino y era sencillo de seguir.

El ritmo que se llevaba era vivo y Marce acusaba el descanso forzoso que mantenía en las últimas semanas y los antibióticos que estaba tomando. Llegamos en grupo a la cima y, evidentemente, allí encontramos a unas cuantas personas mirando el paisaje. El día era bastante claro y se veía a mucha distancia (perfectamente Monte Caro por un lado y el Montgó por el otro)

Penyagolosa es un lugar tan emblemático que siempre hay uno o otro subiendo o bajando, pero ese día fué más exagerado que nunca. Mientras el club Rayito almorzaba en el pico veían como el camino que iba subiendo se llenaba poco a poco de decenas de personas que caminaban hacia arriba casi haciendo cola. Mientras bajaban se cruzaron con abuelos, niños, perros, señoras mayores, bebés en mochilas y todo lo que pueda uno imaginar. Allí andaban cuesta arriba con la ilusión (agotamiento) de llegar a la cumbre. Parecía un parque temático del senderismo. Nuestros senderistas daban ánimos a las personas que veían más desfallecidas y pensaban en cómo narices iba a caber tanta gente en la roca de allá arriba.

Una vez de vuelta al pla de dalt, Kiko el innovador cogió una pista tratando de buscar una la senda que se utiliza en la carrera conocida como marató i mitja, evidentemente con poco éxito. Cuando ya todos empezaban a dudar que el camino fuera el correcto aparecieron andando por la pista, no sabemos si por obra divina, por casualidad o por suerte, un chico y una chiva vestidos con una camiseta de Medio Ambiente de la Generalitat y nos explicaron un camino que podíamos tomar para llegar a sant Joan, destino de nuestra ruta.

Había que seguir a pista un poco más y llegar al mas de la Cambreta, de ahí seguir una pista semiabandonada (costó un rato de encontrar, ya vereis en la ruta que hubo un rodeo) para llegar a la font de la Cambreta, debajo de la masía. La fuente tenía agua y el paraje era bonito. De la fuente salía una senda que, tras 10 o 15 minutos de marcha, enlazaba con la famosa senda que se utiliza en la marató i mitja, y de allí, directos a sant Joan.

Se pasó muy bien en la ruta y se disfrutó mucho con los amigos Juan y Marce. Al final, cervecita en el santuario y al coche. Pararon a comer en Atzeneta, a casa Ramón, y saborearon una buena ensalada, una superbandeja de carne a la brasa y all i oli, todo regado con vi i llimonà, y a muy buen precio.

Mira la ruta y, si la sigues, sáltate el rodeo que hicimos en el mas de les Cambretes. Lo verás enseguida en el track.

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